Hace tiempo que el viento
no me ciega los ojos
con los granos de arena
de tu reloj distante. Ya sé
que hay otro río
besando tus orillas de silencio.
Sin embargo la luna
de esta noche de junio
acumuló su brisa
en las dunas del alma
que dibuja el verano
y encubrió tu sonrisa
de Gioconda sin código
ni Leonardo da Vinci.
2 comentarios:
Amigo Miguel, muchas gracias. Ha sido un deleite leer tu poesía, y desgustar, su plasticidad esta mañana dominical. Gracias por la invitación a conocer tu espacio que seguiré frecuentando.
Saludos...
Se dice de los andaluces que somos muy exagerados. No lo soy si te digo que tu elogioso comentario es para mí un premio literario, viniendo del creador de Noctambulario (¡me persigue la rima!). Muchas gracias, Ángel.
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