Desciendo en torbellino por el tobogán de mi memoria en busca de la primera huella fonética registrada en su placa lingüística, allá donde el laberinto del oído conecta el nervio auditivo con su neurona terminal en el mapa de los recuerdos. Ando buscando el verbo fundacional, la célula semántica primigenia que generó en mi ser el eco racional de la especie: la primera palabra. (Continúa en Barra libre)
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