sábado, 28 de abril de 2012

Río abajo ( I )




                         Liruela: Rio abajo

                                                                  Río abajo: Liruela (pastel sobre cartón)







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lunes, 16 de abril de 2012

El corazón de las tinieblas

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Ilustración: http://www.blogdecine.com/directores/coppola-en-el-corazon-de-las-tinieblas



Remontar aquel río era como volver a los inicios de la creación cuando la vegetación estalló sobre la faz de la tierra y los árboles se convirtieron en reyes. Una corriente vacía, un gran silencio, una selva impenetrable. El aire era caliente, denso, pesado, embriagador. No había ninguna alegría en el resplandor del sol. Aquel camino de agua corría desierto, en la penumbra de las grandes extensiones. En playas de arena plateada, los hipopótamos y los cocodrilos tomaban el sol lado a lado. Las aguas, al ensancharse, fluían a través de archipiélagos boscosos; era tan fácil perderse en aquel río como en un desierto, y tratando de encontrar el rumbo se chocaba todo el tiempo contra bancos de arena, hasta que uno llegaba a tener la sensación de estar embrujado, lejos de todas las cosas una vez conocidas... en alguna parte... lejos de todo... tal vez en otra existencia. Había momentos en que el pasado volvía a aparecer, como sucede cuando uno no tiene ni un momento libre, pero aparecía en forma de un sueño intranquilo y estruendoso, recordado con asombro en medio de la realidad abrumadora de aquel mundo extraño de plantas, y agua, y silencio. Y aquella inmovilidad de vida no se parecía de ninguna manera a la tranquilidad. Era la inmovilidad de una fuerza implacable que envolvía una intención inescrutable. Y lo miraba a uno con aire vengativo. Después llegué a acostumbrarme. Y al acostumbrarme dejé de verla; no tenía tiempo. Debía estar todo el tiempo tratando de adivinar el cauce del canal; tenía que adivinar, más por inspiración que por otra cosa, las señales de los bancales ocultos, descubrir las rocas sumergidas.




                                                20100611192420-corazon-de-las-tinieblas.jpg

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viernes, 13 de abril de 2012

Let The River Run

                        







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martes, 10 de abril de 2012

Crepúsculo interior

                                    Foto: Galería de pätzchka en flickr - Aleana Adán



En aquella habitación,

donde no duermen ni el arpa ni el olvido,

está la luz de ayer

que me dejaste.

Por más que baje la persiana

y la penumbra

penetre en los rincones más recónditos,

tus palabras de suave terciopelo

desvelan el silencio

de la rosa del sur y sus canciones,

a media luz los dos, crepúsculo interior.


Miguel Cobo








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lunes, 2 de abril de 2012

Abril


Dibujo de Quint Buchholz


Era en abril y el río no se movía.
Las aves migratorias regresaron
poblando las isletas como barcos
anclados en el alma de su cauce.
Los árboles abiertos al crepúsculo
ofrecieron su fronda hospitalaria:
Cobijo para el aire y para el ala
en la copa del tiempo indiferente.
Perdí la luz cuando cruzaba el puente;
cesó el clamor y levanté la vista.
Quiso el cielo ser agua y al volverme
de nuevo el río se puso en movimiento.
Era en abril. La vida anochecía.

Miguel Cobo




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