sábado, 1 de agosto de 2009

La escritura (y Éxodo)


A la vuelta de un sueño
encontré entre los restos del naufragio nocturno
objetos increíbles sin nombre y sin memoria.
Túnicas inconsútiles sobre cuerpos etéreos
de veloces fantasmas.
Manos sin huellas dactilares, sin tacto y sin caricias.
Acordeones mudos sin abrazos de ciego.
Lunas errantes sin praderas ni xious,
sin ríos donde mirarse ni lorquianos espejos.
Palabras sin poemas
surgidas de las simas de frustrados amantes
vagando como estrellas sin retorno posible.
Vírgenes desterradas de su cuerpo incompleto
paseando desnudas su abominable sexo,
su pureza culpable.
Y pájaros sin alas, sin música y sin aire
condenados a un vuelo perpetuo
entre cables y antenas de troposfera inhóspita.
A la vuelta de un sueño
me encontré con los restos del hombre que transcribe
el tormento y el éxtasis
y traduce sus dudas al idioma universo.

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