domingo, 23 de agosto de 2009

PROMENADE




(Don Álvaro en la disyuntiva)

El río posee su técnica como el viento sus ídolos.
Con qué violencia baja la persiana verde
en esta vieja casa, tal vez deshabitada.
Hay un clamor de himnos, de palmeras o lanzas,
sin fantasmas ilustres.
Vuelo del halcón peregrino persiguiendo una paloma
urbana
que defeca su miedo de víctima
sobre la blusa blanca de una adolescente
que lleva un libro en la mano (o viceversa).
Es en este libro
donde aparece el verso cuyo símbolo químico no es Fe,
pues el poeta de los párpados yertos
no tenía dioses, ni siquiera mujer,
ni sirenas varadas en la orilla del río,
cuando el arco iris protegía su escamado emerger
tras el ruido y la furia.
No era Séneca el que cruzaba el puente romano
ni el verso procedía del soneto de Góngora,
en la otra orilla:
“Oh excelso muro, oh torres coronadas!...”
La adolescente, tibia y enrojecida,
mas no por el rubor, sino por la inconsciencia,
arrancó una página del bello libro
y con el más estrambótico soneto
(quizá con sus reversos)
difuminó sobre su blusa blanca
la esencia y la existencia del alado terror,
mientras el halcón se elevaba sobre la estatua
del duque de Rivas
con la fuerza del sino entre sus garras
(ya don Álvaro besaba a la muchacha).
La técnica del verso tiene su biología.
Y es evidente que no todo poeta
posee una limpia biografía.


                           ***

Miguel Cobo Rosa

2 comentarios:

Irene Bebop dijo...

YO ME SÉ DE MEMORIA ESE SONETO, desde que cierto profesor nos hizo aprenderlo.

Miguel Cobo dijo...

Ja,ja,ja...Desde que a ciertas corrientes pedagógicas les dio por desprestigiar la memorización (no confundir con el "memorismo"), pareciera que cualquier actividad de ese tipo era aberrante. Cada cosa en su sitio: potenciar la memoria es un buen ejercicio, aunque sólo lo fuera "gimnástico".

Por cierto, cursos después reté a algunos alumnos a que memorizaran "Nada", el soneto de José Hierro (yo soy casi incapaz)y hubo tres o cuatro que me ganaron la apuesta.

¿A que mola sabérselo de meoria, Irene?

Un beso.