miércoles, 12 de agosto de 2009

Ciertas noches madura la tristeza


Ciertas noches madura la tristeza
con un lento murmullo de conciencia.
De poco sirve entonces la experiencia
si sólo de la muerte se ha certeza.

Cubre el pensar de dudas mi cabeza
y aun sucumbo a despecho de la ciencia:
Penoso es extraer tal consecuencia
si al cabo todo acaba cuando empieza.

La verdad con palabras se desnuda
y sumerge en el río manriqueño
su concepto, su copla y su sentido.

¿En qué inútil afán el hombre muda
y disfraza su alma en necio empeño
si de su triste fin ya fue advertido?

4 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

muy buen poema. ¿En qué inútil afán el hombre muda
y disfraza su alma en necio empeño
si de su triste fin ya fue advertido?

Saludos

Anónimo dijo...

Barroquillo estás, Miguel. Me alegra estar por aquí de nuevo. Un abrazo (acabo de enlazarte en mi blog: para que mis peña te tenga accesible y no se pierda tus poemas).

Alberto "Rigoletto"

PS Veo que ya tienes habilitado el perfil "Anónimo" y que podré comentarte.

Capitán Clostridium dijo...

Para qué esconderse al oleaje, si el fin será el mismo.

Saludos, le invito a mi nuevo blog, círculos abiertos, no es tan "literato" con el cerrados, pero es más sencillo y directo, y algo más personal.

Miguel Cobo dijo...

Gracias, Ulysses. Visité su blog y me encantó. Repetiré.

Capitán conozco tu "círculos abiertos" y lo visito con asiduidad: Me gusta igualmente. Y bien, capitán, ¿qué tal si me tuteas? Si me tratas de usted, me recuerdas a mis alumnos de 1º de ESO. Gracias, amigo.

Rigo, de vez en cuando "me marco" un soneto como ejercicio de estilo. Me gusta tocar todos los "palos" como ciertos "cantaores". Fijate, por ejemplo, en mi condiscípulo Sabina, transgresor e innovador como él solo, y en "Ciento volando de 14" nos da un recital de barroquismo. De todas formas prefiero el verso libre. Bienvenido.