Tú esperabas oír las palabras de amor
inéditas e impuras que guarda en su emoción
el silencio de estrellas que alimenta la noche.
Sin embargo mis labios sin órdenes concretas
de estas manos que escriben torpemente
nocturnos imitando a Neruda, se quedaron callados
sin pronunciar ninguna, pegados a los tuyos.
1 comentario:
Sumidos en un cómplice silencio
en el que las palabras sobran.
Me ha gustado mucho este soneto.
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