lunes, 14 de marzo de 2011

River man





Betty se acercó siguiendo su camino
aseguró que tenía algo que decir
sobre las cosas de hoy día
y las hojas caídas.
Aseguró que no había oído las noticias,
que no había tenido tiempo de elegir
un camino para desvanecerse,
pero que aún cree.
Voy a ver al hombre del río
voy a decirle todo lo que puedo
sobre el plan
para un tiempo en lila.
Si me dice todo lo que sé
sobre el modo en que un río fluye
y se muestra toda la noche
en verano.
Betty dijo que había rezado hoy
para que el cielo se aleje
o quizás se quede,
no estaba segura.
Pues cuando ella pensaba en la lluvia de verano
llegando de nuevo a su mente,
ella perdió el dolor
y se preparó para sufrir más.
Voy a ver al hombre del río
voy a decirle todo lo que puedo
sobre la prohibición de sentirse libre.
Si me dice todo lo que sé
sobre el modo en que un río fluye
supondré que
no me lo dice a mí.
¡Oh, cómo vienen y van!
¡Oh, cómo vienen y van!



Traducción de Alberto Granados


                                                    Versión original de Nick Drake


                                      
                                                     

                                                     Versión de Teddy Thompson


 
                                    


A mi hijo Alfonso, que me sugirió esta joya

                                                                       ***

17 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por la dedicatoria. Una canción magnífica de este gran artista, que decidió morir joven.

Alberto Granados dijo...

No la conocía, ni al cantante. Me gusta, aunque la letra es bastante confusa. Es sólo un estado de ánimo desesparanzado y desesperanzador.
Buen descubrimiento.
Gracias.

AG

Miguel Cobo dijo...

Gracias a ti, Alfonso, por esta bella propuesta, una auténtica canción "riográfica".
Un abrazo largo y grande hasta Hanoi.

***

Alberto, es una canción ciertamente turbadora y de extraña belleza, que encierra alguna claves. Será un reto descubrirlas. Gracias amigo por tu traducción, que ha requerido una dedicación especial esta vez, además de tu fiel comentario.

Un fraternal abrazo.

Alberto Granados dijo...

Ya te he comentado en privado que el personaje de Bettu parece salido de un libro sobre jóvenes subnormales, un libro quie leyó en la universidad y parece que le impactó.
Ni la letra original en inglés ni, mucho mneos, mi modesta traducción son claras, más bien parece que es una canción que pretende ser hermética.
AG

Miguel Cobo dijo...

Alberto, tuve la tentación de escribir un nuevo poema partiendo del caudal de sugerencias que ofrece la canción. Sería delicado y arriesgado, pero ese halo hermético y turbador arrastra, casi telúricamente, hacia el fondo del río. Hay algo de presagio autodestructivo. La atracción del abismo. Drake, de nuestra generación (nació en 1948), tenía un carácter depresivo y murió a los 26 años por una sobredosis de ansiolíticos que tomaba para dormir. ¿Suicidio?

Joaquín Pérez Azaústre dijo...

Querido Miguel, qué hermoso es todo esto. ¿Sabías que Nick Drake es uno de los referentes de nuestro querido Manuel Cuesta? Tú también eres el hombre del río, en esta plenitud de la fluidez convertida en abrazo militante, en esta acuosidad de los sentidos, de los despertares, del encuentro. Un muy fuerte abrazo para ti y los tuyos!

Miguel Cobo dijo...

Joaquín, hay corrientes fluviales subterráneas que fluyen bajo nuestros pies y que desconocemos, pero intuimos, conscientes de que están ahí y de que algún día brotarán como manantiales en nuestra tierra permeable y fértil. Tal es el caso que me cuentas de Manuel Cuesta. En cuanto a tu comentario, trastoca este plan hidrológico personal, la vertiente de su cuenca: El afluente recibe las aguas del río principal, una alteración de los principios de hidrodinámica. La emoción me desborda.

Un abrazo grande, generoso (no me cansaré de repetirlo) amigo.

Manuel Cuesta dijo...

Jejeje, no hay más que decir querido Miguel, sobre todo después de leer el comentario de Joaquín. En efecto, Drake es uno de mis referentes y River Man una de mis canciones favoritas de su repertorio.

Un abrazo enorme y dale las gracias a tu hijo por haberte descubierto a Nick Drake.

Miguel Cobo dijo...

Manuel, podríamos entrar en esa red que une por afinidades electivas. Una red arácnida, por supuesto.¿Conocías la versión de Teddy Thompson? No sé que opinarás del arreglo; a mí me parece magnífico, hasta me he enamorado de la pianista.

Ah, y me gustaría presentarte a mi hijo. En la columna de la derecha están sus dos blogs: El cordobés impasible y El primer atún de Ulises. Visítalo y dile que vas de mi parte, jajajaja..
Un abrazo, Manuel.

Anónimo dijo...

Uno de mis temas favoritos de Drake.Ahora espero la segunda parte,la tuya;seguro que superior.Marifé

Kaperusita dijo...

Una letra que lleva conmigo todo el día sin dejar que me pronuncie, pero quería dejar patente que te había visitado.

Miguel Cobo dijo...

Esa fe que llevas en tu nombre...Gracias, amiga.

***

Kaperusita, ¿te refieres a la letra de la canción? Nos falta alguna clave que quizá pueda revelarnos alguno de nuestros lectores.
Gracias de cualquier forma por tu visita y tu siempre valiosa opinión.

Kaperusita dijo...

No se a qué clave te refieres, yo veo resignación, pero con ganas de no desvanecerse en la nada, la necesidad de compartir algo que hará que su existencia no haya sido en vano, como una enmienda desesperada para poder irse en paz.
Supongo que yo en su lugar tendría la misma rebeldía ante algo que no pudiera controlar con desenlace próximo. Me ha venido a la cabeza al leerla la desgracia de Japón, todas esas personas que no escucharon las noticias y no pudieron elegir pero que quieren manifestarse para que se oigan sus voces, tras el silencio, y no les pase a nadie más.
Quizás desvario, no me hagas mucho caso, es lo que tiene que sea la 1 de la mañana y siga con la letra en mi cabeza, queriendo hablarme:)

Miguel Cobo dijo...

Muy interesante tu reflexión, Kape. Esa puede ser la clave que buscamos. No cabe duda de que es un texto sugerente, una canción profunda, que nos adentra en la complejidad del alma humana. Yo creo que no desvarías en absoluto.

Un abrazo y buenas noches.

Rodolfo Serrano dijo...

Una hermosa canción y un bellísimo texto. Una forma de poesía. Siempre

Marisa dijo...

No conocía esta canción, Miguel, pero me ha parecido una verdadera maravilla. Triste, muy triste, especialmente triste, pero no he sido capaz de escucharla solo una vez, sino que he sentido la necesidad de volver a oirla tres o cuatro veces seguidas.

la letra de la composición me parece criptográfica pero...¿qué es la poesía si no más que sentimientos envueltos en densa niebla de muselinas? Es vitalmente esencial conocer todas las partes del curso de ese río que fluye al ritmo del corazón.

Me ha gustado tu entrada, Miguel. Mucho.
Besos que llegarán al mar.

Miguel Cobo dijo...

La poesía es el género literario más musical y la música es un generador de poesía. Ambas se retroalimentan, se funden y, en ocasiones, se confunden (en el más noble sentido del término). Esta canción es un claro ejemplo.De esto, Rodolfo, tú debes saber bastante. Se agradece tu comentario, amigo.

***

Marisa, me ha pasado igual que a ti: necesito escucharla una y otra vez. Es de una triste y magnética belleza.

Parece que el leitmotiv fluvial está dando un juego que me desborda (y nunca mejor dicho). El río avanza hacia el mar y ensancha su cauce con vida propia. Y a ti te siento cerca de la orilla. Me alegro.

Gracias una vez más. Besos ribereños.