jueves, 17 de septiembre de 2009
Ave María
Dios te salve
(qué más da si te llamas María)
de desgracia estás llena.
El hombre que ahora es contigo
te maldice y te humilla
como a todas las mujeres,
en el nombre del fruto de tu vientre
mancillado.
Pobre María (o como quiera que te llames),
madre sin dios;
ruega por ti misma
y huye de los desalmados maltratadores.
Ahora y en la hora
de la vida.
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2 comentarios:
Amén.
Estas pobres mujeres no tienen ni un dios protector, sólo un maldito macho que se cree dios.
Rigoletto
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