Una joven maestra acercó su oído
al pecho del guerrillero
( aún latía su corazón )
y escuchó el ulular del viento
libre y triste a la vez,
como una quena en el altiplano
o el gemido aymará de un huracán andino.
( Fue así como descubrió que el guerrillero ateo
no tenía alma, sino asma)
Asma del Che:
¡Alma de América!
1 comentario:
Genial. Conciso y con las palabras perfectamente engranadas...
Yo le comunicó que he abierto nuevo blog que creo le pudiera interesar. Es un blog de Poemas: el submarino de Capitán CLostridium
http://elsubmarinodecapitanclostridium.blogspot.com/
NAdie mejor que ud. para apreciarlo. Los poemas son muy antiguos y se nota la falta de léxico, pero hay alguno original. Iré publicándolos, poco a poco.
Muchas gracias por sus comentarios siempre tan entrañables y originales.
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