sábado, 12 de septiembre de 2009

AGENDA


Quién sabe de aquel jueves si llovió
o fuimos juntos al cine de verano.
Puede que fuera tarde
de besos escondidos tras persianas
celosas celosías bajadas del crepúsculo.
Quizá el dos de septiembre recibimos la carta
que nunca contestamos y se perdió el amigo
que no obtuvo respuesta por no tener a mano
un sello de correos para franqueo ordinario.

***

Y del viernes siguiente no nos queda ni rastro.
Las huellas de sus horas se borraron del tiempo
o devinieron células de memoria inconcreta
o de olvido profundo. Sin embargo buceo
en la página en blanco de aquel día sin historia
y descubro en su fondo palabras nunca escritas,
versos, cartas, mensajes, cuadernos de ejercicios
donde aprendí a sumar minutos y segundos,
los problemas del tiempo con números complejos.

***

Tal vez fuera un buen día para hacer el amor
con la urgencia del alba o el deseo rutinario
de la siesta estival. Quizá sólo un domingo
que rimaba con cinco y nada más.

***

Cuanto más sé de todo, más ignorante soy.
cuanto más me conozco más me pregunto quién
es éste que te escribe palabra tras palabra
sin sentido posible, sin puntos cardinales,
con puntos suspensivos…



Fotografía de Alfonso C. Cobo .Calle Real (Úbeda)

3 comentarios:

Capitán Clostridium dijo...

Extraordinario final. Qué nos ha pasado a muchos hoy en la blogosfera que hablamos del tiempo, de contarlo, de pararlo, del pasado...?

Alfonso Cobo dijo...

Este es genial papá! Me gusta mucho! Un abrazo, tu hijo

Miguel Cobo dijo...

Entre amigos e hijos, no gano para elogios, ja, ja, ja, ¿verdad, chavales? Gracias (sobre todo porque un ego sobrealimentado no es saludable).