jueves, 14 de enero de 2010

Riogénesis ( II )


Antes de que la roca abriese sus entrañas
bajo la luz herida del amanecer,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que el agua brotase como sangre
de las alas del águila en la cumbre,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que la lluvia generosa cayera
sobre la tierra virgen sin rumor de caminos,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que los ciervos bramaran en la noche
sus canciones de celos ancestrales,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que mis manos convertidas en cuenco
apagaran la sed y encendiesen el fuego,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que la luna huyera con el viento
y su llama incendiara los olivos de plata,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que mis genes convergiesen en astros
sobre los campos altos de orgullosos cuchillos,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que el misterio que engendró la palabra
atravesara el tiempo que llega hasta mis dedos,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes de que las yeguas salvajes de la sangre
corrieran por mis venas cuando rocé tu seda,
he soñado este río,
he soñado este río.

Antes del mineral y la fecunda siembra,
del verso y del insomnio que lo engendra,
he soñado este río,
he soñado este río.



Imagen: Eco y Narciso. J.W. Waterhouse

3 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Precioso poema e ilustración. Que seria de nosotros sin los ríos

Saludos

Miguel Cobo dijo...

Gracias, Ulysses. Efectivamente, el río como metáfora de la vida ha sido siempre un recurso literario de primer orden. En este blog es el leitmotiv , el hilo conductor , desde su cabecera. Recientemente se ha publicado en Babelia (suplemento cultural del diario EL PAÍS) un interesante trabajo al respecto:
http://www.elpais.com/articulo/portada/llamada/agua/elpepuculbab/20100102elpbabpor_3/Tes

Alberto Granados dijo...

Un precioso poema, casi letanía vital. Y el narciso prerrafaelista es un gran acierto.
Rigoletto