miércoles, 10 de abril de 2013

Diario del funambulista: Abril (I)




                                                El funambulista (August Macke)



1 de abril

Acróstico

Abre un nuevo capítulo el diario
Burlando la consigna de la lluvia.
Reviso las promesas que el invierno
Incumplió. El corazón ya sabe
Latir al ritmo de la primavera.

***

2 de abril

Horas se escriben con h.

Hay horas heridas y horas que hieren.
Horas horadadas y horas heredadas.
Horas que ahuyentan y horas que huyen.
Horas que hurgan y horas que husmean.
Horas deshechas y horas que desechas.
Horas hinchadas y horas huecas.
Horas hemisféricas y horas híbridas.
Horas heladas y horas húmedas.
Horas enhebradas y horas deshiladas.
Horas hurtadas y horas ahorradas.
Horas herméticas y horas hermosas.
Y ahora es tu hora.

***

3 de abril

Desahucio

Hay días desorientados, sin puntos cardinales,
como si se cayeran de una calendario viejo
y sus horas se fueran por las alcantarillas.
Andamos de cabeza, con la vida al revés,
desubicado el tiempo de su melancolía.
Y al regresar a casa, nuestra llave no abre
y nadie ya responde si llamamos al timbre.
Hay días desorientados, sin puntos cardinales,
con puntos suspensivos...

***


4 de abril

He cruzado el Atlántico esta noche
con la mente prendida en una idea:
Robar un solo verso al gran Rubén.
De Metapa a León, por Nicaragua,
de su cuna a su tumba sin descanso.
Y aquí está. Os lo devuelvo, es vuestro:

"La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?"

***


5 de abril

Un saxo para apagar la luz

No siempre guarda la noche
los secretos
que le confían las ventanas entreabiertas.
No basta con que el silencio
se alíe con la oscuridad
para que vuestra respiración os avente.
Velad los amores con lunas
en cuartos crecientes.

***


6 de abril


Pequeña oda a Lady Godiva

Lady Godiva, Señora de Coventry,
sea por siempre tu belleza adorada
en el altar de las gentes humildes.
Sea recordado eternamente tu cuerpo
desnudo, a lomos de tu Blanco corcel,
como la más generosa ofrenda,
más allá de la virginidad y del milagro:
Despojada de todo, tan humana,
entregada a la luz de tu recuerdo.


*** 


7 de abril

En las tierras del sur,
donde el sol se detiene a pensar los días,
los recuerdos maduran como frutos silvestres
sin el sustrato de la melancolía.
Por eso los olivos nunca temen al viento.

***


8 de abril

No supiste escuchar la voz del invierno
que nos hablaba de la acogedora soledad
del frío
y el crepitar del fuego resonaba
en los recovecos del corazón y de la memoria
cuando eran un matrimonio bien avenido.

Ha venido la primavera (todo el mundo sabe
cómo ha sido: no me vengas con versos)
a revolverlo todo con su exuberancia estratosférica.
Ahora nos sobra luz en los almarios
y hemos dejado el tiempo irresponsablemente
en manos de los meteorólogos.
Si te lloran los ojos, solo es alergia.

***


9 de abril

En el alma del tiempo soy intruso
y el reloj es un arma que dispara
sus horas contra mí.
Entonces busco amparo y me refugio
en alguna Gnossienne de Satie.


***


10 de abril


El funambulista repasa su vocabulario existencial
porque sabe que el paso del tiempo
es solo cuestión de tiempo. Su propio pasado
devoró su futuro y ahora solo vive el presente
sobre la cuerda floja y hace sus equilibrios en el alambre.
La cartomántica del circo le espera en el carromato
con el naipe de la muerte en la bocamanga. Un vertical augurio
se proyecta en la altura, porque sabe que el enano de Nietzsche
le hará dudar en el momento álgido: cuando ya pise el suelo
y lo alcance el celoso lanzador de cuchillos.


***

3 comentarios:

Unknown dijo...

Como dice Rigoletto, esto requiere plantear muy seriamente el tema de la publicación. Aunque sea en forma de ebook.

Un abrazo, papá.

José Luis Martínez Clares dijo...

Las llaves que no abren al llegar a casa... Nunca una actualidad tan cruda fue tan bella en verso. Abrazos

Juan Herrezuelo dijo...

Tengo mi rutina para funambulear por tus versos: dejar antes que nada que suene la música, y es así que Satie gotea en el alero de los acrósticos abrileños, hiere y horada y hereda las horas, las arrastra a las alcantarillas, lluvia de piano piano que hay que reiniciar porque dura tan poco y tus versos atan, y las notas se cuelan ahora por las ventanas entreabiertas, y montan desnudas y virginales a la grupa del viento, y se hacen circo y naipe y cuchillo. Se hacen magia.