martes, 14 de febrero de 2012

Se enamoró de un río

                                                            El Rio de Bennecourt

                                            El Rio De Bennecourt: Claude Monet




Se enamoró de un río,

del cristalino mirar

de sus ojos anfibios.

Se enamoró de un río,

de la promesa final

de un descanso marino.

Y acarició la arena

y se abrazó a la espuma

del manantial ,

cabello de su hermosura.

Se enamoró de un río,

de su pasado invernal,

de sus troncos heridos.

Se enamoró de un río,

de su presente fugaz,

del remanso escondido.

Y acarició la arena

y se abrazó a la espuma

del manantial,

cabello de su hermosura .

Y  lo envolvió la corriente

con su torbellino blanco

y recibió entre los musgos

un masaje de guijarros.

Se enamoró de un río,

del serpentino ritual

de sus pies coralinos.

Y acarició la arena

y se abrazó a la espuma

del manantial,

cabello de su hermosura
.


                                                Se enamoró de un río: Pedro Guerra

                                                                 ***
                                                             

6 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

Magníficas palabras fluviales. Abrazos, amigo Miguel.

Alberto Granados dijo...

Te esperaba, Miguel. Sólo que yo tenía mis expectativas en algún poema tuyo: son mejores que los textos de Pedro Guerra.

Un abrazo y sé feliz: es una obligación moral para estos tiempos de mierda.

XuanRata dijo...

He buscado con quien y he bailado el tema de Pedro Guerra. La mejor manera que se me ocurre de rendir homenaje al río. Y de paso remontar el abrazo, tan necesario.

Rossina dijo...

no he hallado mayor comunión que la que se ha dado con un lago. El me habla, le respondo, le cuestiono, me aconseja. Y así.
Esa magia no le pertenece a un lago sino AL lago (Lacar).

Kaperusita dijo...

Se enamoró de un rio y se hizo cauce....me gusta pedro Guerra, de antes de conocerle, quizás porque tiene esa manera de llegar con sencillez.
Besos caudalosos, Miguel :)

Raúl dijo...

El río siempre ha sido un escenario literario de lo más aprovechable, de lo más sugerente. Tú además lo conviertes en pura vida.

Pd.- Era sólo cuestión de tiempo que pasara a dejar mi huella en tu magnífico blog.