miércoles, 29 de febrero de 2012

¡Callad, cañones de Von Kluck!

Archivo:Torreperogil.jpg
                      Fotografía: Juan S. Villar Lara



A dos leguas de Úbeda, la Torre

de Pero Gil, bajo este limpio cielo

bello pueblo de España. El tiempo lo ha cambiado,

pues no en vano transcurrieron cien años.

Allá, las dos torres se alzan

con su doble mensaje de historia y de recuerdos.

En la plaza, sus hombres, sus mujeres,

la ilusión y el progreso de su animosa gente.

Llegamos a la ermita de la Misericordia,

que hace honor a su nombre, arraigada en el alma

de esta bendita tierra. Hoy sus muros de piedra

se yerguen hacia el cielo sobre un suelo más firme.

Esta casa de Dios guarda dentro un silencio

y una emoción profunda que responde al poeta

y a cuantos lo leímos con dolor y tristeza,

mas sin resentimiento:

“Hermanos –parece que nos dice-

rezad o meditad, según vuestras creencias. Entrad

sin más requisitoria que quererlo: La libertad os guíe.”

Fuera bulle la vida, pujante y laboriosa:

Ir y venir de jóvenes y viejos que trabajan, que sueñan, que recuerdan…

Los campos son ubérrimos, nada cambió al respecto.

Nosotros, los del pueblo, miramos al futuro

con ánimo resuelto,

con la cabeza alta,

con la mirada limpia,

con la palabra justa,

con nuestra mano abierta,

con nuestro pensamiento

madurado en un siglo desde el pasado efímero.

¡Callad, cañones de Von Kluck!

Aquí, la paz ya reina. Fructificó la lucha:

La dignidad es nuestra.




Miguel Cobo Rosa

Cien años después de Los Olivos II (Antonio Machado)
 
 
 
                          ***

11 comentarios:

Rodolfo Serrano dijo...

Qué hermoso homenaje. Me ha gustado mucho. he disfrutado y vivido el paisaje.

José Luis Martínez Clares dijo...

Regreso de esta visita encantado. Gracias por tu guía. Abrazos

Miguel Cobo dijo...

Gracias a vosotros, amigos poetas Rodolfo y José Luis, que me acompañáis por estos parajes machadianos tan íntimos. Está claro que así da gusto "hacer camino al andar".

Sendos abrazos

A.Torrante dijo...

sin conocer la historia, me gustó mucho lo escrito. Abrazo.

Miguel Cobo dijo...

Y a mí me gustó que pasaras por aquí, una vez más, y expresaras tu opinión, amigo Torrante.

Un abrazo.

Alejandra Díaz dijo...

Tus versos, Miguel, siempre me emocionan. Gracias.

Miguel Cobo dijo...

Gracias de corazón, Alejandra Magna de corazón, con toda la redundancia.

XuanRata dijo...

Obedecen los cañones ante el ánimo mas fuerte.
Se me ensanchan los pulmones al leerte. Gracias, amigo.

Anónimo dijo...

Me figuro a don Antonio comentando tus versos, tu bonhomía, tu pausado hablar... caminando por los campos de Mágina (campo, campo, campo, campo de Baeza. INtercambiando ambos poetas vivencias, recurdos del pasado, y también del futuro, en pie de igualdad: coincidencias que te honran hay muchas, riográfico Miguel.

Un abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

¿Y qué guarda la piedad de los polvorientos olivares, del triste burgo de España, de los ojos tristes y el amargo rezo y la mano ociosa: guarda este bello homenaje machadiano que nos dejas, a dos leguas de Úbeda –donde un reloj de la calle Real marca la hora de tu apellido- y tan lejos de cualquier cañón como sea posible. Un abrazo.

Alberto Granados dijo...

Oye, Miguel: desde mi comentario como anónimo hasta hoy ha pasado ya una quincena. ¿No piensas escribir más poemas?
Vamos, hombre. A producir.

AG