viernes, 24 de febrero de 2012

Antonio Machado, pura Riografía



                   Fotografía: Torreperogil Postales (Facebook)

I


¡Torreperogil!

¡Quién fuera una torre, torre del campo

del Guadalquivir!


     

(A la manera de Juan de Mairena)
                     

                          ***



PROVERBIOS Y CANTARES



LXXXVII


¡Oh Guadalquivir!

te vi en Cazorla nacer

hoy en Sanlúcar morir.



Un borbollón de agua clara,

debajo de un pino verde,

eras tú, ¡qué bien sonabas!



Como yo, cerca del mar,

río de barro salobre,

¿sueñas con el manantial?



Nuevas canciones (1924)

                
                      ***

6 comentarios:

Marisa dijo...

¡Ay mi querido Antonio Machado! Su soñar siempre me trae sueños anclados tanto en la ribera del Guadalquivir como en la del Duero. Quizás debiéramos dejarlos navegar, no hacia la mar, preferible hacia el manantial.

Besos y sueños, mi querido Miguel.

José Luis Martínez Clares dijo...

De Machado viene este río insalvable que es la Poesía. Abrazos

Marián dijo...

¡Que maravilla¡

Un beso y mucho gusto leer esos versos...

Miguel Cobo dijo...

Sí, Marisa, Machado representa el trasvase vital del Duero al Guadalquivir. Más de una vez hemos buscado las fuentes, remontando su curso a contracorriente, pero tarde o temprano comprobamos que todos son ríos sin retorno.Así la vida.

***

José Luis, machadiamos somos y en el río nos encontraremos.

***

Marián, comparto tu emoción ante estos versos y el sueño del manantial.

Abrazos a tres vertientes, amigos, y gracias por vuestros comentarios.

Una breve justificación del título de la entrada:Yo nací en Torreperogil.

XuanRata dijo...

Tanto hablar del río de la vida, y qué pocas veces nos acordamos de la vida del río, de cada rio.

"Torreperogil", me lo he repetido varias veces, qué bien suena, como cantos rodados.

Anónimo dijo...

Yo llevo una temporada buscando mi manantial sin saber muy bien qué puede ser eso, compañero. En cualquier caso, los ríos de don Antonio y los de Miguel son siempre un buen caudal de poesía y bonhomía.
Un abrazo,

AG