lunes, 4 de abril de 2011

La espalda del mundo

Desarraigo




Llevadme a los infiernos de esta tierra,

aves del paraíso en el que habito.

Llevadme a los suburbios de Orán o de Calcuta;

despertadme del dulce sueño.

Llevadme a las pesadillas de los niños despiertos

que limpian parabrisas en Río y en Bogotá.

Abrid ante mis ojos el atlas

de los campos de muerte exuberante

en Goma y Bukawa.

Quitadme de la boca las dulces palabras

y el pan del padrenuestro

y llevadme a los mapas del hambre,

del éxodo y del odio:

Al puerto de Brindisi o a un parque de Kabul,

para jugar al fútbol en un campo de minas

con los niños mutilados del barrio.

Sacadme de esta gruta de imágenes hertzianas

y cuerpos anoréxicos de insultante belleza

y llevadme al infierno de esta misma ciudad,

sin ir más lejos: Basta cruzar el río

o salir a la calle, simplemente.



***

12 comentarios:

Emilio Calvo de Mora dijo...

Los mapas del hambre: qué buen título para un libro sobre el horror de estos tiempos que vivimos. Que parecen buenos tiempos, pero son nefastos. La geografía del mal está a la vuelta de la esquina. Desgraciadamente el viaje que pides, ese ir a Kabul o a Orán o a los barrios profundos de la tristeza del mundo no te lo pueden dar: te dan imágenes, dinamitadas imágenes. Imágenes, Miguel, que ves en prime time, en tu casa, en el bar, como si fuese ficción. El mundo ficcionalizado es lo que tenemos. El mundo convertido en un gran espectáculo de masas. Hollywood produce el espectáculo de masas. Hollywood es la Madre Amantísima. Todo está concebido así: sangre y circo, pan y circo, dolor y circo...

Miguel Cobo dijo...

Emilio: El poema tiene ya algunos años y la miseria tiene ya otras coordenadas, sin abandonar estas. He querido reeditarlo igual, porque a fin de cuentas la realidad (qué coincidencia otra vez con tu blog) es inmutable. La idea subyace. Y nuestra indiferencia maquillada también. Mea culpa.

Un abrazo.

Kaperusita dijo...

¿Volvemos a ponernos de acuerdo, Miguel?
Las miserias que reflejas, son ésas que se ven después, cuando ya no hay remedio.
Si todas las voces que nos conmovemos lo hiciéramos al mismo tiempo, no se podría oir la de los que solo piensan en sus intereses arrastrando a esa infamia, inocentes.
Un abrazo solidario:)

Marisa dijo...

Tus versos son tristes pétalos deshojados de ese documental "La espalda del mundo". No ha pasado el tiempo por tus versos, desgraciadamente seguimos siendo "fieramente humanos":

"Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!"

Blas de Otero

Un fuerte abrazo desde el infierno, querido amigo.

Miguel Cobo dijo...

Kape, la voracidad de los telediarios devora nuestras propias voces y tal vez nuestras conciencias. La cartografía del dolor está muy cerca,pero nuestros "gepeeses" solidarios no funcionan.
Al menos conviene ponerse de vez en cuando delante del espejo.
Tu mismo abrazo compartido.

***

Marisa: El documental, estremecedor, está hipervinculado al título. Mi síntesis podría haber sido un grito. O tal vez el silencio. El silencio del ángel oteriano.
Y, claro, el infierno está aquí. Aquí nuestros abrazos. Pero, al menos, no nos demos la espalda.

XuanRata dijo...

Cierto, Miguel, la espalda del mundo está justo delante de nosotros, que miramos casi siempre por encima del hombro.

Rodolfo Serrano dijo...

Hubiera dado cualquier cosa por ser el dueño de estos versos

Miguel Cobo dijo...

Xuan, miramos por encima del hombro y por encima del hombre. Miramos sin querer ver.

Un abrazo.

***

Rodolfo , nunca me habían dicho nada semejante. Me dejas... En realidad tú también eres el dueño, porque pertenecen al corazón doliente del hombre, a la conciencia colectiva. Si no se interpretara como un gesto de soberbia en un tema tan delicado, tan sentido, lo que deberíamos decir es que hubiéramos dado cualquier cosa por no tener que escribirlos.

Un abrazo fraterno, concienciado y agradecido

Alberto Granados dijo...

Coincidís Kape y tú, aunque leo que es reedición. No importa reeditar el compromiso de tu poema. A fin de cuentas el horror también se muestra reiterativo y permanente.
Abrazo,

AG

Miguel Cobo dijo...

Alberto,en los comienzos del blog muchos posts pasaron desapercibidos , como es obvio. De vez en cuando voy a rescatar, bajo la etiqueta "reedición", algunos de aquellos que recibieron uno o ningún comentario, ahora que hay "quorum". En ocasiones añadiré además fotos, enlaces, vídeos que los complementen.

Un abrazo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Me ha impresionado muchísimo este poema, miguel, por su belleza y su profundidad, porque abarca ese mapa de miserias humanas que es el nuestro, que somos también nosotros. Parafraseando una famosa canción, diría que "si bastase un sólo poema..." creo que sería éste. Un abrazo.

Miguel Cobo dijo...

Gracias, Isabel. Si escucháramos los gritos del silencio, las palabras se nos revelarían (sí, con v)como innecesarias. Tengo un sentimiento contradictorio de pudor, cuando escribo desde mi posición privilegiada. Solo es un eco muy,muy lejano del DOLOR y la anestesia de la indiferencia nos impide sentirlo y rebelarnos (ahora con b).

Un abrazo.