viernes, 20 de agosto de 2010

Arte poética




Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.


Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.


Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,


ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.


A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.


Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.


También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

   
Jorge Luis Borges
 
   
Imagen:  Jacek Yerca 

5 comentarios:

Alberto Granados dijo...

Lo estaba yo leyendo y me decía: "Cómo está profundizando Miguel en el tema del río..." y reulta que es de Borges... Siempre me pillas: no hubiera dudado que fuera tuyo.
Abrazos.

Gonzalo Villar Bordones dijo...

siempre hay un río en nuestra puerta.

Capitán Clostridium dijo...

Veo que renueva el diseño de su RIOGRAFíA para continuar su curso. Y yo sigo con mi mar, al igual que ud. nos habla de ríos.
(Aunque,
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

A la orilla del río, vivo y me río.No conocía este poema; tampoco me hubiera extrañado que fuera tuyo.Saludos,Marifé

Miguel Cobo dijo...

Parece que el río de la amistad y su corriente de empatía sigue desembocando en el mío. Creo que eso está bien y yo os doy las gracias. Procuraré buscar las aguas no tan conocidas de otros ríos, para que os sorprendan cual descubrimientos-desbordamientos ; si bien -¡cómo no!- algún día rendiré tributo también a los grandes clásicos fluviales: Jorge Manrique, Gerardo Diego, Federico...)