miércoles, 17 de octubre de 2012

Narciso vuelve al río y se pregunta ¿para qué?






Armado de sus sueños
desciende de los laberintos de la noche
llega al río
espejo y abismo a la vez
se reclina
y busca ávido el reflejo
la verdad revelada en el agua
no la eterna música de Heráclito
ni la metáfora a vida o muerte
de Manrique
Busca sus rostros de hoy, de ayer y de mañana
el fundido perfecto en el pálpito
de la geometría
del alma
las burbujas del insomnio vacío
las agujas de nieve de la belleza
la tersura de las rosas de Ofelia
la protección de las esferas
la contradicción de los ángulos
las espirales del destino que se tragaron su nombre
la parábola de los augures
las hélices de la conciencia de Eco
la intimidad secreta de los fractales
la resolución disgregadora de las ondas
en cada arruga
innominada
de los párpados:

Su imagen imperfecta


Miguel Cobo Rosa



10 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

Las espirales del destino son, ciertamente, voraces. Espero que no devoren estos versos magníficos. Qué grato volver a leerte, amigo Miguel. Abrazos

Miguel Cobo dijo...

Magníficos son los amigos que vuelven a la orilla, José Luis. Y de grato deriva gratitud.
Un abrazo grande que abarque las colinas de Gor.

Marisa dijo...

Quizás fuesen las aguas de ese río las que se enamorasen del reflejo de los ojos de Narciso y no al revés...

Retorno a tu orilla y me encuentro con unos versos magníficos, Miguel.
No conocía este tema de Christina Rosenvinge pero muy bien traído.

Mi admiración y mi cariño.

XuanRata dijo...

El río es lugar de encuentro, para encontrar y encontrarse. Después, si queda tiempo, ya nos preguntaremos por la búsqueda.
Un abrazo.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Somos el río, el río imperfecto en su caudal imprevisible, en su fluencia limpia de palabras y de historias. Porque, oh mom ami, nos estás haciendo a todos, bien que no te pesa, riográficos. No ya por tu página, por tu anhelo riográfico, sino por el río, por las metáforas, por las imágenes, por lo que fluye. Y fluye, y fluye...
Hay que verse ya en una taberna de nuestra ciudad, ya.


A.Torrante dijo...

Narciso y Miguel vuelven al río, pero Miguel aporta, Narciso busca. Abrazo!

Miguel Cobo dijo...

Marisa, ciertamente en todo reflejo hay un destello de belleza.Y una experta en lunas como tú lo sabe mejor que nadie.
Tu retorno alegra esta orilla.

Un beso, amiga.

***

Xuan en esta confluencia de sensibilidades, no cabe otra respuesta que la palabra de admiración y agradecimiento. No son cumplidos, es la verdad.

Un abrazo.

***

Emilio, qué bien expresas ese don de fluir. Quiero tanto a mis riográficos amigos...Sois el agua misma.
Sí, la ciudad nos espera en torno al río o de cualquier otro líquido elemento. Será pronto sin duda. Y será un reencuentro alegre.

***

Y tú aportas también, A. Torrante, nubes transatlánticas, desde el otro hemisferio, que vierten lluvia benéfica -de amistad que de verdad siento- sobre este río andaluz.

Gracias, amigo argentino, ¡¡muchísimas gracias!! Otro gran abrazo.

A.Torrante dijo...

De nada Miguel-contento de verlo de nuevo manso y tranquilo como la "Miss Issippi" Abrazo!!

Marián dijo...

Hoy me he sumergido en este poema tan bello...me he quedado un buen rato a la orilla, después...escuchando el vídeo...es tan bella esta entrada que no me parece mal que dure y dure.

Muchas gracias, Miguel.

Besos.

Miguel Cobo dijo...

Marián, vuelvo al río y escucho el eco de tu voz que aún resuena y me alegra, porque tus palabras abonaron las mías y crecen como juncos en la orilla. Mi gratitud.

Besos.