jueves, 29 de diciembre de 2011

Final de año


Ni el pormenor simbólico

de reemplazar un uno por un dos

ni esa metáfora baldía

que convoca un lapso que muere y otro que surge

ni el cumplimiento de un proceso astronómico

aturden y socavan

la altiplanicie de esta noche

y nos obligan a esperar

las doce irreparables campanadas.

La causa verdadera

es la sospecha general y borrosa

del enigma del Tiempo;

es el asombro ante el milagro

de que a despecho de infinitos azares,

de que a despecho de que somos

las gotas del río de Heráclito,

perdure algo en nosotros:

inmóvil.



Jorge Luis Borges
 
 
                                 ***

9 comentarios:

Alberto Granados dijo...

Lo mutable, a la vez es inmóvil. Qué listo era don Jorge Luis y tú qué oportuno trayendo aquí este pedazo de poema.
Miguel, un fructífero año para ti y tu familia. Un abrazo,

AG

Marián dijo...

¡Fantástico Borges¡
El tiempo.
Ese enigma que nos perturba y que como decía San Agustín moriremos sin resolver...

Feliz año 2012, te deseo, Miguel, de corazón...agradecida al azar por haber encontrado en 2011 a un poeta que me complace: Miguel Cobo.

Un beso.

Marisa dijo...

Esperemos que ese "cumplimiento de un proceso astronómico" del que habla Borges, no tenga nada que ver con el calendario maya, que termina este año, y sus predicciones...
Que "perdure algo en nosotros".

Muy FELIZ AÑO, Miguel.

Miguel Cobo dijo...

Mis queridos amigos, repito este poema de Borges cada final de año modificando las cifras del 2º verso. Pequeña licencia que me permito sin que altere -creo yo- su sentido global y se pueda aplicar al tránsito cronológico vigente.
Me alegro que os haya gustado y os deseo de corazón, con mi gratitud infinita por vuestros amables, magníficos y generosos comentarios, un

¡¡Feliz 2012!!

Rossina dijo...

UNA vez más el maestro, alcanzándonos la sabiduría de su palabra.
Siempre amé "el pormenor simbólico". El año pasado junto a Happy New Year de Cortazar fueron el último post del año.
Siempre paso lo leo y a veces no dejo huella.
Que el lapso que surge sea de lo mejor.

Miguel Cobo dijo...

Rossina, ya el hecho de encontrarnos aquí, como dos gotas del río de Heráclito, es un buen presagio; casi un milagro.

Gracias y feliz año

XuanRata dijo...

En efecto, la celebración del asombro, y un brindis que tiene mucho de desafío. La borrachera del héroe que sabe que sus victorias no por efímeras dejan de ser victorias.

Ojalá, Miguel, podamos continuar juntos este camino un año más.

Juan Herrezuelo dijo...

Las irreparables campanadas "dodedoblaron" para mi, gozosamente, en tierras castellanas, de las que regreso para mandarte también un fuerte abrazo y desearte un buen año. Me traigo la sorpresa de haber visto mi río helado a su paso por Palencia, y también la evidencia de que cualquier imagen de un río, fluyente o quieto, me remite, ya, a tu Riografía.

Miguel Cobo dijo...

Xuan, la eternidad no distingue entre lo efímero y lo duradero, porque no se acoge ni se comprime en nuestros calendarios y nuestros relojes.

Continuaremos sin duda, querido amigo, un año más, compartiendo imágenes y palabras, siempre a la búsqueda de un resquicio de belleza.

Un abrazo.

***

Hasta aquí me llega el eco de las campanas palentinas, que suenan a amistad y a momentos felices.
Está claro, Juan, que nuestros ríos son las vidas que en sus aguas, heladas o fluidas, se reflejan.

Un abrazo.