jueves, 13 de enero de 2011

Solsticio de río



No es cuestión de inventar palabras nuevas
ni conjugar la tarde a verbo abierto.
En todo caso te diré en silencio
lo que bien sabes sin que lo requieras.

Si es de noche prefiero lunas llenas
a estrellas que se fugan sin deseos
escritos en las láminas del sueño
huidizo del amor que desespera.

Te toca despertar antes que suene
la impertinente hora demorada
ajena  a los relojes del deshielo.

Solo entonces sabrás que el río vuelve
con su canción de agua desbordada
a pasar bajo el puente de tu cielo.

                  ***

12 comentarios:

Alberto Granados dijo...

Todo un gran soneto. Una de dos: o yo chocheo, o tú está consiguiendo una depuración poética admirable, envidaible y deseable. Que dure y que sigas regalándonos estos destellos de hermosura en una vida cada vez más desesperanzada.

Miguel Cobo dijo...

Alberto ("por halagarte y para que se sepa"), eres inteligente, sensible, generoso, lúcido, preclaro, erudito, leído, experto, desprendido, equilibrado, ponderado...Y, sobre todo, ¡mi amigo! Más que un comentario, lo tuyo es un electrocardiograma.

Unknown dijo...

Las palabras fluyen como lo hace el río en su cauce. Ambos, están llenos de vida.
Un abrazo

Miguel Cobo dijo...

Jan, gracias por las tuyas: un afluente que acrecienta este caudal. "Nuestras vidas son los ríos..."

Un abrazo

Unknown dijo...

Como dice Rigoletto, aquí ya se alcanzan niveles poéticos demasiado elevados para que solo se queden en un blog. ¡A por las editoriales, que tienes tiempo! Un abrazo, papá

Alberto Granados dijo...

Todavía, de las recomendaciones del amigo antiguo puedes pasar, pero de las de tu hijo... Empieza a enviar propuestas editoriales. Empieza por arriba, que siempre y a la desesperada, podrás ir bajando. Pero no te niegues la cumbre a priori.

Miguel Cobo dijo...

¡Vaya dos! Pero si ya lo escribí:
La ventaja de ser Nadie me permite adentrarme en el territorio de la Nada con el equipaje Vacío.

Nadie, Nada, Vacío. Soy un agnóstico, un apócrifo, un apóstata de Poelandia (el país de los trescientos mil ególatras).

Marisa dijo...

Como tus endecasílabos, yo también prefiero las noches de luna llena que a las de estrellas fugaces; la luz de aquella es perpetua hasta el alba, la otra, fugaz en el desvelo.

Bello solsticio el que ha iluminado hoy tu Río.
Besos de plenilunio.

XuanRata dijo...

Puede ser que el soneto esté tan mitificado como la luna en los ámbitos poéticos. Pero cada vez que leemos un buen soneto es como cuando volvemos a descubir la luna, redonda y amarilla, completa, en un anochecer de invierno.

Gracias, Miguel.

Miguel Cobo dijo...

Marisa, tú también lo iluminas con tu imagen: Moon river...

Besos selenitas


***

Xuan, desmitificar los tópicos debe ser algo así como la cuadratura del círculo. Mi voz es más de verso libre, pero en ocasiones rindo tributo al ritual del soneto (aunque más que de un rito, se trata de un reto).
Gracias a ti.

Anónimo dijo...

"...ni conjugar la tarde a verbo abierto..."

Uno de los versos más hermosos que he leído.

(Por cierto, el amigo Alberto no está chocho...)

Bxos.

Pd.- Ha desaparecido un comentario que me dejstae en el muro, con el link a Diógenes... Voy a buscarlo... :)

Miguel Cobo dijo...

Alejandra, la gramática de los sentimientos trata siempre de conjugar verbos a contratiempo. Y tú de ese tema sabes mucho.
Besos.

P.D. Sí, sentí pudor y borré yo el comentario en facebook: me arrogaba un protagonismo excesivo en ese contexto. Excusez-moi, madame.
Este es el enlace:

http://riografia.blogspot.com/2009/06/sindrome-de-diogenes.html