jueves, 14 de octubre de 2010

Balada triste de trompeta



Me detengo en la acera
sin recordar el nombre de la calle
donde perdí la noche con su frío.
Desangelado el paso continúo
con la balada triste de trompeta
que anuncia el Multicines: Hoy estreno.
Es octubre otra vez. La vida pasa.
Hiere la luz de los escaparates, triste.
Los encajes de moda de este otoño
se visten con tus ojos. Los cristales,
lunas de transparencia pasajera,
dejan las maniquíes clausuradas
en su alma de cartón que también sufre.
Tiembla en mi voz tu nombre,
ya recuerdo sonoro, ya silencio.
Llegamos al portal. Busco las llaves
mientras pasa el camión de la basura.
En el tercero izquierda, como siempre,
nos espera otra noche sin estrellas.



Fotografía:  El trompetista Chet Baker

11 comentarios:

Unknown dijo...

Qué maravilla, papá. Cada verso es un regalo, pura poesía. Lo que más me gusta de este poema es que, leyéndolo, puedo ver cada una de las escenas que describe -reales- en mi mente. Un fuerte abrazo.

María Jiménez Aguilar dijo...

Amigo mío, qué lujo de poema. Como dice tu hijo Alfonso, cada verso, un regalo. Como a muchos buenos poetas, te inspira el otoño, lleno de contrastes, con su propia realidad y sus evocaciones. Qué suerte poder acceder a poemas como éste, qué suerte que existas y saber de ti. Cada vez me gustas más, Miguel (castamente). Un abrazo lleno de admiración.

Miguel Cobo dijo...

Voilà!: Mi hijo y mi amiga. Vuestros comentarios no me halagan, ¡me alimentan! Os quiero (a cada cual como corresponda, como diría Serrat)

TORO SALVAJE dijo...

Yo no soy tu hijo ni tu amiga por lo que la objetividad se me presume y te digo que el poema es excelente.
Al menos a mí me lo parece.

Saludos.

Miguel Cobo dijo...

Es para mí un honor recibir en este espacio nada más y nada menos que a Toro Salvaje. ¡Muchas gracias por tu comentario! (Y espero que no sea el último)

Irene Bebop dijo...

Me ha parecido que huele a castañas asadas en ese poema. Precioso :)
Chet Baker, de mis favoritos.

Miguel Cobo dijo...

...Y a mí me queman en las manos, Irene. Preciosa :)

Anónimo dijo...

"...En el tercero izquierda, como siempre,
nos espera otra noche sin estrellas."

Querido Miguel, tras estos versos, un enorme beso y admiración.

Miguel Cobo dijo...

Querida Alejandra, que tu comentario sea un bumerán.

P MPilaR dijo...

Desde esta orilla, [¡no importara ser tu hijo o tu amiga!], cabe admirarse de este excelente poema.
Por buscar como mínimo el 'nombre de la calle donde es fácil perder la noche con su frío'.
Aquí quieta, entonces.
Una maravilla esta balada, Miguel

Abrazo

Miguel Cobo dijo...

PMPilar, hay calles para perderse y para encontrarse. En ésta, ha sido un placer coincidir hoy contigo.
Gracias.

Un abrazo