lunes, 19 de junio de 2017

El llano en llamas


                         Autorretrato de Juan Rulfo en el Nevado de Toluca, década de 1940




      Muy abajo el río corre mullendo sus aguas entre sabinos florecidos; meciendo su espesa corriente en silencio. Camina y da vuelta sobre sí mismo. Va y viene como una serpentina enroscada sobre la tierra verde. No hace ruido. Uno podría dormir allí, junto a él, y alguien oiría la respiración de uno, pero no la del río. La yedra baja desde los altos sabinos y se hunde en el agua, junta sus manos y forma telarañas que el río no deshace en ningún tiempo.


***

Juan Rulfo

(El hombre- El llano en llamas)

1 comentario:

M. Roser dijo...

Una prosa poética muy bonita, que nos describe la mirada con que alguien contempla el río que és de lo mas silencioso; es un canto al silencio que ni el río puede romper...
Saludos.