jueves, 12 de agosto de 2010
Fui al río
Fui al río, y lo sentía
cerca de mí, enfrente de mí.
Las ramas tenían voces
que no llegaban hasta mí.
La corriente decía
cosas que no entendía.
Me angustiaba casi.
Quería comprenderlo,
sentir qué decía el cielo vago y pálido en él
con sus primeras sílabas alargadas,
pero no podía.
Regresaba
-¿Era yo el que regresaba?-
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
Me atravesaba un río, me atravesaba un río!
Juan Laurentino Ortiz
("El ángel inclinado")
Foto: Boletín Literario ¡Basta ya!
Nº 86//Mayo 2008
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3 comentarios:
Es que los ríos necesitan fluir. Y al anochecer todo se ve más claro.
Dónde está mi comentario? Anoche te decía que los cuatro últimos versos del poema son impagables.
También te recomendaba el blog de Alejandra Díaz, que he encontrado por azar y tengo enlazado en el mío.
Alberto
Xuan, aquí siempre fluirán los ríos. Esta cuenca ciberhidrográfica dará cabida a todos los cauces, a todas las corrientes, a todos los cursos...A los ríos tranquilos, a los desbordados, a los vitales, a los literarios , a los musicales....Una Riografía sin límites.
Bienvenido.
Alberto, el comentario que aquí aparece es el único tuyo recibido para esta entrada. En cuanto a estos versos, desde luego son impagables y además , para mí, son un descubrimiento. Cuando mi río "se seque", seguiré buscanto la afluencia de "otros ríos" principales. Leeré a Alejandra.
Un abrazo
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