martes, 28 de septiembre de 2010
¿Hay...qué?
Fuera del tiempo
los relojes sin horas
se desperezan
***
Leve la pluma
describe con el viento
su despedida
***
Crece la espuma
el agua en torbellino
desaparece
***
La araña teje
en silencio su tela
la mosca zumba
***
Largo el camino
el caracol avanza
la luna espera
***
Con los diez dedos
te dibujo en la espalda
la flor del sueño
***
Seda bordada
con un hilo de luna
la luz se apaga
***
La gota de agua
el pétalo humedece
de madrugada
***
En el estanque
la libélula quieta
sobre el nenúfar
***
viernes, 24 de septiembre de 2010
INVENTARIO DE OTOÑO
Coincidiendo con mi cumpleaños, con el cambio de estación y con mi aterrizaje reciente en el planeta "Júbilus", cierro un ciclo del blog con estas hojas caídas de mi calendario vital , a modo de pequeña antología personal que anuncia, si no una metamorfosis, tal vez un nuevo tiempo que espero sea fructífero y creativo.
I
Inicia su viaje entre las notas mudas
de cada adiós. Abraza
la otoñal ausencia que se gesta
en el núcleo del alma. Destila
toda la soledad y su melancolía
la nueva luz que madura en las uvas de octubre.
Se vislumbra otro tiempo. Te esperan
otras voces. Era
este refugio de amistad y añoranza
algo más que azahar,
preludio de los cítricos silvestres.
Ahora lees otros versos
con ese digno oficio que requiere el silencio,
la atención de la brisa indolente de un inhóspito ámbito.
Huye y vuelve: Migra como las aves y retorna este invierno.
Siempre habrá un sol cálido en la plaza.
II
Árbol de hoja caduca
el de esta vida efímera
cuya sombra imposible
no protege mis dudas.
Hojas del calendario
caídas del silencio
de una agenda sin notas
como un tiempo vacío
de imperfecto pretérito
donde nadie escribió
para no recordar
ni una cita ni un nombre
ni tan siquiera un número
para poder llamarte.
III
Sin ser de mí
te busco
a la luz del ocaso
ajeno al resplandor
que desgarra la tarde
en su penumbra herida
y encuentro en tu refugio
el hogar protector
la ventana entreabierta
vistas al infinito
IV
Octubre, el tren
se acerca.
Hay un humo
sin fuego en el andén
de alguien que sueña
y fuma.
Llega el AVE de paso;
se posa unos minutos
breves como la página
que sólo leen tus ojos.
Caen las primeras hojas
en el parque cercano.
Si el tren te lleva ahora,
será otoño. Seguro.
V
A veces la noche regresa
de darse una vuelta por la humanidad
(que es lo mismo que decir por la eternidad)
y en lugar de traerme una canción
con el recuerdo de aquella chica de septiembre
(Dio come ti amo)
me acerca los sueños de un cayuco
en la inmensa soledad del océano
a la luz de la luna,
donde los gemidos traducen el eco de la nada
-el mar tranquilo e inmensamente bello-
y todo el clamor de la desesperación de los desheredados
me anuda en la garganta apenas cien palabras
que debieron ser lágrimas.
A veces la noche regresa de darse una vuelta.
VI
El reloj de la vida no recupera el tiempo
de una tarde de lluvia.
La cortina de agua levemente rasgada por la monotonía
de un recuerdo infantil
que evocara Machado en una humilde escuela
segrega una mirada como un hilo de seda sobre el pasado efímero.
Era aquel temps de pluja que cantara Serrat,
su balada de otoño deshecha entre los surcos de la melancolía
con que hiere la aguja de zafiro su disco;
el brazo articulado que siembra en el vinilo recuerdos y caricias,
suaves roces de piel, dedos que se deslizan por blusas entreabiertas…
Y el crepitar monótono que dejó la canción tras las últimas notas
girando para siempre en la memoria joven y enamorada
de aquella lluvia fértil…
Dulce ebriedad del alma borrascosa y proustiana,
esta tarde de Brighton, al sur de mi ventana:
Lluvia tras los cristales, gin tonics y canciones.
VII
Se va noviembre
con una luz de invierno que duda en el crepúsculo
como la vida y tú.
Nos cambiamos de ropa para no ser los mismos
de cada atardecer delante del espejo
que oculta en el armario las prendas de otros años.
Su memoria textil ya vuela con las nubes
cual algodón hidrófilo que empapa la hemorragia
de recuerdos y lluvia.
Noviembre y tú
con un cierto aire triste
(te cae bien esa blusa)
de estreno en multicines y tarde de domingo
VIII
Próxima a mí, tu soledad me abraza
tus dedos me dibujan, tu corazón me nombra
y tu nombre me escribe la primera palabra.
Ojos para soñarte al apagar la luz
del mismo día siempre. El paisaje
no es ya el del dulce septiembre,
tan nítido en sus límites cromáticos.
Ha cambiado el verdor
o tal vez sean los iris los que ya no perciben
el ámbito del ojo.
¿Ahora dónde estamos?
Tu soledad me abraza.
Los dos yacemos fríos sin nieve presentida,
nuestros labios tan juntos.
Ese gélido beso nos congela la voz
y el tibio corazón se hiela en la memoria
del eterno recuerdo,
porque un niño impreciso contempla ensimismado
nuestra fotografía una tarde de invierno
del futuro imperfecto.
I
Inicia su viaje entre las notas mudas
de cada adiós. Abraza
la otoñal ausencia que se gesta
en el núcleo del alma. Destila
toda la soledad y su melancolía
la nueva luz que madura en las uvas de octubre.
Se vislumbra otro tiempo. Te esperan
otras voces. Era
este refugio de amistad y añoranza
algo más que azahar,
preludio de los cítricos silvestres.
Ahora lees otros versos
con ese digno oficio que requiere el silencio,
la atención de la brisa indolente de un inhóspito ámbito.
Huye y vuelve: Migra como las aves y retorna este invierno.
Siempre habrá un sol cálido en la plaza.
II
Árbol de hoja caduca
el de esta vida efímera
cuya sombra imposible
no protege mis dudas.
Hojas del calendario
caídas del silencio
de una agenda sin notas
como un tiempo vacío
de imperfecto pretérito
donde nadie escribió
para no recordar
ni una cita ni un nombre
ni tan siquiera un número
para poder llamarte.
III
Sin ser de mí
te busco
a la luz del ocaso
ajeno al resplandor
que desgarra la tarde
en su penumbra herida
y encuentro en tu refugio
el hogar protector
la ventana entreabierta
vistas al infinito
IV
Octubre, el tren
se acerca.
Hay un humo
sin fuego en el andén
de alguien que sueña
y fuma.
Llega el AVE de paso;
se posa unos minutos
breves como la página
que sólo leen tus ojos.
Caen las primeras hojas
en el parque cercano.
Si el tren te lleva ahora,
será otoño. Seguro.
V
A veces la noche regresa
de darse una vuelta por la humanidad
(que es lo mismo que decir por la eternidad)
y en lugar de traerme una canción
con el recuerdo de aquella chica de septiembre
(Dio come ti amo)
me acerca los sueños de un cayuco
en la inmensa soledad del océano
a la luz de la luna,
donde los gemidos traducen el eco de la nada
-el mar tranquilo e inmensamente bello-
y todo el clamor de la desesperación de los desheredados
me anuda en la garganta apenas cien palabras
que debieron ser lágrimas.
A veces la noche regresa de darse una vuelta.
VI
El reloj de la vida no recupera el tiempo
de una tarde de lluvia.
La cortina de agua levemente rasgada por la monotonía
de un recuerdo infantil
que evocara Machado en una humilde escuela
segrega una mirada como un hilo de seda sobre el pasado efímero.
Era aquel temps de pluja que cantara Serrat,
su balada de otoño deshecha entre los surcos de la melancolía
con que hiere la aguja de zafiro su disco;
el brazo articulado que siembra en el vinilo recuerdos y caricias,
suaves roces de piel, dedos que se deslizan por blusas entreabiertas…
Y el crepitar monótono que dejó la canción tras las últimas notas
girando para siempre en la memoria joven y enamorada
de aquella lluvia fértil…
Dulce ebriedad del alma borrascosa y proustiana,
esta tarde de Brighton, al sur de mi ventana:
Lluvia tras los cristales, gin tonics y canciones.
VII
Se va noviembre
con una luz de invierno que duda en el crepúsculo
como la vida y tú.
Nos cambiamos de ropa para no ser los mismos
de cada atardecer delante del espejo
que oculta en el armario las prendas de otros años.
Su memoria textil ya vuela con las nubes
cual algodón hidrófilo que empapa la hemorragia
de recuerdos y lluvia.
Noviembre y tú
con un cierto aire triste
(te cae bien esa blusa)
de estreno en multicines y tarde de domingo
VIII
Próxima a mí, tu soledad me abraza
tus dedos me dibujan, tu corazón me nombra
y tu nombre me escribe la primera palabra.
Ojos para soñarte al apagar la luz
del mismo día siempre. El paisaje
no es ya el del dulce septiembre,
tan nítido en sus límites cromáticos.
Ha cambiado el verdor
o tal vez sean los iris los que ya no perciben
el ámbito del ojo.
¿Ahora dónde estamos?
Tu soledad me abraza.
Los dos yacemos fríos sin nieve presentida,
nuestros labios tan juntos.
Ese gélido beso nos congela la voz
y el tibio corazón se hiela en la memoria
del eterno recuerdo,
porque un niño impreciso contempla ensimismado
nuestra fotografía una tarde de invierno
del futuro imperfecto.
martes, 21 de septiembre de 2010
Blues de "El pájaro azul"
Volaban las oscuras palomas de la noche
sin preguntar el nombre
a las fugaces y gélidas sombras de los mendigos
sin penetrar en los cálidos túneles
de las prostitutas de la calle Diciembre
paralelas sus almas a los trenes nocturnos
Y silbaban los ofidios de acero
con semen venenoso entre sus ingles
saxofones heridos
trompetas de cuartel desafinadas
sexos de dilatada melodía
recorrían las arterias siniestras de los arrabales
con navajas de sangre en las esquinas
con sus rostros vaciados de sonrisas
El blues en la azotea de la luna perdida
iluminando los alambres con las bragas colgadas
huérfanas de los cuerpos
que alojan la miseria entre sus úteros
Y las tibias palomas se perdían en la noche
como lentos boleros
como baladas lánguidas
Fotografía: Brassai
lunes, 20 de septiembre de 2010
Remolinos y remansos : Reflexiones desde la orilla
* Toda vigencia es efímera
* La urgencia viaja veloz hacia la ansiedad
* La vida es la conquista del espacio y la pérdida del tiempo
* No conviene confundir eternidad con "eternedad"
* El hombre creó a dios a su imagen y conveniencia
* Ser agnóstico es creer en dos dioses: uno probable y otro improbable
* No se puede poseer la verdad absoluta sin perder totalmente la razón
* Lo que para la ignorancia es verosímil para el conocimiento es inverosímil
* El tiempo fisiológico del sueño nos suspende en el no-ser porque no tenemos conciencia de su paso
* Las cordilleras más inexpugnables y las simas más profundas están en tu cerebro
* La vida te engancha sin contar contigo cuando no entiendes nada y te deja tirado cuando empiezas a comprenderla
* Lo peor de perder el tiempo es no volver a encontrarlo
* ¿Alguien puede facilitarme la receta de las magdalenas de Proust?
* Si Kafka no hubiera escrito la Metamorfosis, ciertos insectos pasarían desapercibidos
* Aunque la vida parezca un laberinto, al final siempre se encuentra la salida
* Cuando llegué al fondo de la pesadilla, lo encontré:
- Dr. Freud, supongo.
* Dejé de creer en los cuentos cuando comprobé que en las zapaterías no se vendían zapatos de cristal
* La vida es paradógica: biológica, pero no lógica
* La subjetividad puede entorpecer (o favorecer) la percepción de la belleza
* La creación a partir de la nada sería una obra perfecta si no fuera un acto de soberbia
* Hay que creer en uno mismo, pero sin creérselo demasiado
*Tu reflexión enriquece mi aforismo si el aforismo enriquece tu reflexión
***
Miguel Cobo Rosa
Imagen extraída de la Web "Pensadores anónimos"
sábado, 18 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
La entretela del tiempo
Lluvia tibia sobre los sauces. He llegado hasta la orilla del cansancio.
Hay juncos jóvenes en la ribera que la brisa mece con ternura, más ¿qué significa
mi presencia sin tiempo?
El agua, indiferente, refleja la duda de mi rostro.
Entre la tierra y el fragor vegetal distingo la voz del agua.
Aún se cierne el día sobre las águilas y yo regreso a mis lares inhóspitos.
He oído las canciones del viento, percibo el humo de la memoria,
arde tu recuerdo.
Las dunas dibujadas por el otoño enarenan la luz crepuscular de la mirada,
la soledad es la distancia entre la duda y el miedo.
Los olmos abren una herida de sombra en los recuerdos y un perfume de savia
ralentiza los latidos del tiempo.
Los insectos se baten contra el cristal de las lágrimas, en la luz vespertina de tus ojos.
Luego, la luna fugitiva nos escribe la noche con signos de murciélagos.
La estancia abrigaba nuestro calendario de siestas. Entre sus paredes
se filtran las horas vividas sin reloj y hacen crujir las viejas vigas destempladas.
Tu cuerpo emana una luz zenital sobre las sábanas. Hay espuma de mar en los embozos
y un sudor de manzana humedece la penumbra de la clepsidra deshorada.
De pronto, los corales se abren como lirios de sangre y siembran tus esferas .
El idioma del aire te respira y te nombra y la pequeña muerte se eterniza un instante.
***
Miguel Cobo Rosa
Imagen: "Stage Door" Conrad Knutsen
lunes, 13 de septiembre de 2010
Bajo el puente (II)
Meditaciones del vagabundo
I
Agua para guardar la luna entera,
río para llevarla tras la noche,
rumor para esparcirla en sus orillas
donde copulan ebrias dulces fieras.
II
Recuerda, levedad, mi espejo de narciso.
Regrese hacia su rostro la imagen reflejada;
esa imagen sin sombras de suicidio
que al alba sucumbió desdibujada.
III
En el fondo del tiempo turbulento
deslízase la lengua del ahogado.
Adherida a su carne una palabra:
La que nunca había pronunciado.
IV
La humedad de la tierra desterrada
por la erosión del turbio cauce lento
desmorona semillas de misterio
que alimentan libélulas de plata.
V
Salta sobre la roca un pez dorado
que en corveta irisada se dibuja
fugaz metal de estrella y se sumerge
esquivando el anzuelo enamorado.
VI
Límite de ribera que es el junco,
dedo del viento al cielo tembloroso
cimbreándose en la líquida cintura
del agua sensual que lo enarbola.
VII
Canto rodado desde el agua pura,
en ti mi voz se vierte y se convierte.
Rolling stone sureño, rock del río,
ronco recuerdo del rincón umbrío.
VIII
Fluye continua la vital corriente
fugitiva del tiempo caudaloso.
Sobrenado tu parda supeficie
como una triste sombra a la deriva.
IX
No sé beber de tu agua como un ciervo
aunque la sed me empuje hacia tu fuente.
Con desesperación de náufrago irredento
me repliego en mi boca sin tu beso.
X
Retorno al manantial desde su origen
destejiendo tus hilos en las rocas.
Allí nacen los nombres de los ríos
con el fluvial oxímoron de Heráclito.
***
Miguel Cobo Rosa
Imagen: Galería de Amarth_ en Flickr
lunes, 6 de septiembre de 2010
SEPTIEMBRE
Septiembre
equilibrista,
atravesando el filo
del calendario.
Septiembre
trapecista,
colgado de la incertidumbre
de los días.
Septiembre
acróbata,
saltando del verano
al otoño.
Septiembre
ilusionista,
hipnotizando
viajeros de madrugada
Septiembre
escapista,
preparando con magia
la huída.
Alfonso C. Cobo Espejo
Imagen: Quidam ( Le Cirque du Soleil )
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Cuando replica el tam-tam
Tu corazón tiembla en la sombra como el reflejo
de un rostro en las aguas turbulentas.
El antiguo espejismo se eleva en lo más hondo de la noche.
Tú conoces el dulce sortilegio del pasado:
un río que te arrastra lejos de la orilla,
que te lleva hacia un paisaje ancestral.
Tu alma es el reflejo de las aguas donde
tus antepasados inclinaban sus oscuros rostros.
Jacques Roumain
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