Cuanto vibra en el aire,
estrellas, voces, música,
arcos iris de aves encumbradas,
se refleja en el agua del meandro del río,
en tu seno de luz que amanece.
El incendio que prende en los trigales
la antorcha del águila
ante las miradas giratorias de los heliotropos
te abre la senda de la campiña ígnea.
4 comentarios:
No sé si quedarme con el campo de margaritas o con el poema;en esa campiña me reflejo,es mi hábitat natural.En el poema hay luz,por fin,y olor a vainilla.Supongo que ese fuego traerá otrs fuegos;para mi son llamas que anuncian comienzos.Probablemente esté muy lejos de entender lo que escribes,pero lo disfruto
No hay nada que entender en la poesía como en la música. Es como comerse una naranja. Te gusta o no. En cualquier caso ,vamos explorando nuevos y diferentes registros hasta encontrar la propia voz. La geografía del río ofrece aquí otro de sus paisajes. Gracias, amiga.
Cuanto vibra en el aire,
estrellas, voces, música,
tus poemas,...
arcos iris de aves encumbradas,
se refleja en el agua del meandro del río,
en tu seno de luz que amanece.
Hay mucho Guillén aquí, me parece, ahora que he vuelto, que llevo tres días apático.
Alberto
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