martes, 27 de abril de 2010

Lágrimas negras



A veces la noche regresa
de darse una vuelta por la humanidad
(que es lo mismo que decir por la eternidad)
y en lugar de traerme una canción
con el recuerdo de aquella chica de septiembre
(Dio come ti amo)
me acerca los sueños de un cayuco
en la inmensa soledad del océano
a la luz de la luna,
donde los gemidos traducen el eco de la nada
-el mar tranquilo e inmensamente bello-
y todo el clamor de la desesperación de los desheredados
me anuda en la garganta apenas cien palabras
que debieron ser lágrimas.
A veces la noche regresa de darse una vuelta.

6 comentarios:

maria fernanda ferre álvarez dijo...

!Qué bonito!Este drama me toca mu hondo.Historia:Cientos de inmigrantes se refugian por los bosque marroquíes.De camino a casa de la playa´paradas para ofrecerles comida,ropa y medicamentos.Un chaval nos pide unos zapatos del 45.En el siguiiente encuentro con zapatos en mano,nos regala tallado en madera de higuera la historia de su drama:una estatua de la libertad,un gendarme y un inmigrante.Nolo volvimos a ver,pero sus tallas son el objeto más preciado que tenemos en el salón de casa.

Miguel Cobo dijo...

Fe, a eso se llama dar la "talla" en el más hondo y bello sentido del término. A veces nos piden tan poco...¡Qué menos que sentirnos solidarios y sensibilizarnos con su drama!

Isabel Mª dijo...

"A veces la noche regresa de darse una vuelta por la humanidad", tambien paseó por los alrededores de la tuya , Miguel. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Grande poema y, a un tiempo, sutil en el decir sobre tema tan trágico... Mis saludos.

Miguel Cobo dijo...

Gracias, Isabel. Creo que de esa materia entiendes tú bastante.

Miguel, grande el honor que me hace entrando en la humilde casa de un poeta amateur. Se lo agradezco. Saludos.

Alberto Granados dijo...

No sé cómo se me ha pasado este poema, que ayer iré y no lo vi... Hondo y sentido, amigo mío. Buscaré un fragmento de una novela (mal escrita y sin terminar) que tengo por ahí y lo colgaré como relato autónomo.
Alberto