lunes, 16 de noviembre de 2009

Recuerdo infantil


En la selva la serpiente silba,
repta y busca su presa entre lianas.
Ruge el tigre, afilando sus garras
y la gacela tiembla agazapada.

Acuarela de plumas pinta el aire
de guacamayos, cotorras y tucanes
llenando con sus cantos tropicales
de música ancestral la gran floresta.

Verde incendio de llamas vegetales
creciendo hacia la luz la savia virgen.
Clamor de voces, susurros y gemidos:
El miedo y el amor a vida o muerte.

¡Oh selva de mis sueños infantiles!,
quién pudiera a Tarzán seguir el rastro
y saltar, como Chita, ante el malvado
que destruye la selva sin reparo
(o encontrarse con Jane, junto al lago).

3 comentarios:

Alberto Granados dijo...

Preciosa evocación de nuestros matinées. Gran poema fílmico. Estás hecho un león.
Rigoletto

Miguel Cobo dijo...

...de la Metro.

Anónimo dijo...

¿Quién no quiere seguir la pista a Tarzán?Mejor aún: ser Tarzán, con su mona Chita y todo, que vaya rana nos salió la mona que mono era. En fín, ¿y darse uno un revolcón cn Jane? Allá se las ventileTarzán dando vueltas con ese cocodrilo tn vaina que no atina a morder. Genial poema, amigo.
JUAN CARLOS