Cuando subas al tren para el destierro
anhela que el destino sea irreal.
Quizá te espere Luna en la estación del Norte
y ella oculte su cara para hacerte sufrir.
Saluda a los viajeros que se crucen contigo
(puede que uno de ellos sea tu gran amor).
Deseo que la noche se parezca al viaje:
fría bajo las estrellas y cálida en el bar.
Deja el coñac que fluya de la copa al cigarro,
puede que el alma cambie de estado mineral.
Era un gas venenoso de mordedura incierta
y líquido elemento que te hiciera llorar.
Si es sólido al bajarte procura que sea negro
el carbón combustible de este lánguido blues.
Pero piensa: el más puro carbono que conoces
puede ser el diamante que fue su corazón.
***
Miguel Cobo
Arreglos y música: Luis Lara.
Fotografía: Atardecer en la estación de Sablé sur Sharte.
Alfonso Carlos Cobo.
1 comentario:
Sin duda el corazón de este blues es puro diamante, poesía de muchos quilates donde la guitarra eléctrica eriza de destellos el carbón, el humo y el coñac. Acepto el destierro si es en este tren, Miguel. Gracias por tan magnífico regalo (y un aplauso para Luis Lara).
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