Imagen: NASA
Cuando ya no seamos ni recuerdo
del último confín de nuestra sangre.
Cuando al fin se borre toda huella
y no quede ni rastro del olvido
y una montaña de un planeta ignoto
haya negado el eco de tu voz,
ya insonoros el tiempo y sus campanas;
cuando ya desahuciados de la nada
y la estirpe de la especie sea
el espectro de un cromosoma errante,
será entonces, sí, cuando seremos
los dueños absolutos del silencio
que alberga la orfandad del Universo.
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Miguel Cobo Rosa
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Miguel Cobo Rosa
11 comentarios:
De una belleza universal. Abrazos, amigo
Yo me apunto a ese nihilismo hermoso. Imagino que me invitarán al festín cósmico.
Riográfico de nuevo. Septiembre trajo buenas nuevas
Tus versos son ahora como un cometa que regresara a estas aguas tras periodos orbitales cada vez más largos alrededor del silencio, rayando siempre el cielo, brillando, e incluso cuando se dicen nada/nasa lo son cromosómicamente todo. Abrazos.
Es muy emocionante encontrarnos de nuevo aquí, queridos José Luis, Emilio, Juan, en este ámbito donde vuestras palabras, vuestra generosidad y vuestra fidelidad no siempre han sido correspondidas o, mejor, respondidas como se merecían. Por eso os digo, ahora, con la sinceridad acumulada por un silencio que nunca fue olvido, que sin vuestra amistad mis versos no serían NADA.
Sendos abrazos riográficos y agradecidos.
Desde mi pequeñez te digo, Miguel, que eso que has dejado escrito, no creo, a mi entender, que se pueda superar.
¡¡Hermosísimo!!
Un beso.
Marián, empequeñecido por la generosidad de tus palabras, solo me queda agradecerte su hermosa desmesura.
Mil besos.
Realmente bello, magistral.
Saludos
Y mientras llega ese momento seguimos desafiando la nada, cantándole para hacerla rabiar y conjurarla.
Un fuerte abrazo.
Y mientras llega ese momento, seguimos desafiando la nada, cantándole para hacerla rabiar y conjurarla.
Un fuerte abrazo, Miguel.
Excelente!
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