sábado, 6 de agosto de 2011
Llegamos de muy lejos
Llegamos de muy lejos,
de una infancia perdida u olvidada.
Recorremos a pie todos los calendarios
buscando los veranos prodigiosos
generosos de juegos y de sueños.
Faros amarillentos de aquellas bicicletas
que hirieron las rodillas de los atardeceres.
Las dos asignaturas que heredamos de junio
para así descubrir las ciencias naturales
de nuestra adolescencia silvestre y perfumada.
Los paseos a la ermita escudriñando estrellas
desde los miradores donde acababa el pueblo
y aquella carretera por la que se marcharon
los primeros amigos que ya nunca volvieron.
La vieja perra Tula que perseguía el balón
con el que disputábamos los épicos partidos
en la agreste huertaza.
Y ahora hemos llegado a la orilla del río
que señaló el maestro en el mapa escolar
y escuchamos su voz repitiendo su curso
de afluentes y meandros a derecha y a izquierda.
Ya no es la misma casa la que ahora habitamos;
la vida ha dilatado su cauce como el río.
Hay nubes peregrinas y bandadas de aves
que escriben en el cielo su eterna despedida.
Miguel Cobo
***
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10 comentarios:
Cierto, Miguel. La memoria nos regala tres placeres: el de esperarlo, el de experimentarlo y el de rememorarlo. Parece que el presente fuera el más suculento de los tres, pero el resto nos brindan también buenos instantes de felicidad.
Buen día, amigo.
Y conforme se avanza por la senda del tiempo, Ramón, el de rememorarlo es el que más se "disfruta" (cerrando el ciclo de los placeres solitarios).
Puede que lleves razón, amigo, y la felicidad sea eso.
Un abrazo (y un brindis)
Y ahora que llegamos a la otra orilla, es hora del regreso.
Pero no se ve lo mismo yendo que volviendo.
De muy muy lejos. De ser nada, podemos pasar a serlo todo y nada de nuevo. Así es. En el viaje, hay trenes felices y otros que descarrilan. De todos se aprende. Un abrazo, papá. Bonito poema.
Ya llegué de un mar que no queda demasiado lejos, pero ahora me apetece bañarme en tu río, en mi río.
Hay rios mediocres, repetidos donde todo es igual, parejo y sin matices. Rios para visitar una sola vez. Sin embargo hay otro rio diferente, lleno de cosas originales y fascinantes que esperan ser descubiertas.
Hay rios para visitar una sola vez y hay otro rio- el tuyo- donde siempre quiero volver.
Nota: ¿Para cuando tu visita real a mi camaranchón?
Está impecable, estoy de limpieza general.
El regreso a los sueños habiendo cumplido otros muchos.....pero ése no tiene rival. Los orígenes, lo que nos ha formado, siempre será lo que nos llame al final del círculo, cuando todo esté cumplido.
Ya sabes que me encanta leerte, pero en la sencillez es cuando de verdad te disfruto ;-)
Malena, y el río tampoco es ya el mismo. Avanza, ora lento, ora más rápido, hacia su desembocadura.
Besos desde ultra mar.
***
Alfonso: trenes , ríos, mares, ciudades, continentes....La experiencia de vivir, ligeros de equipaje "como los hijos de la mar".
Un abrazo, grande (como de aquí a Vietnam)
***
María José, siempre es grato encontrarse de nuevo en la misma orilla, en el mismo río. Quedamos pronto en el Camaranchón (¿nos vemos en septiembre?)
Besos, amiga
***
La sencillez es hermosa, Kape: En ella siempre nos reconocemos. Nunca entendí el mensaje de aquella niña "antes muerta que sencilla".
Besos caleidoscópicos.
Yo, por contradecir a Hipócrito (creo que era él), me he bañado varias veces en este río tuyo, concretamente en esta serena poza que llevo varias mañanas leyendo y disfrutando.
Tambien estoy en la fase de rememorar, tal vez para afirmar, como Les Luthiers que "cualquier tiempo pasado fue... anterior".
Bromas aparte, el poema es precioso, Miguel.
Abrazo,
AG
Con lo de Hipócrito, espero que no te haya traicionado el subconsciente, querido Alberto. Le concedemos a Heráclito el honor rigráfico de la famosa frase(luego está Heraclio, el Fournier; pero ese está en otras cartas, que no en las de navegación).
Un abrazo agosteño, Monsieur Albert
Pues que no me salía Heráclito y que tampoco me cuadraba Hipócrito... La neurona de guardia, que está en stand by.
Abrazo desde Granada ciudad. Mañana a La Mancha a sudar y casar a un sobrino. La Mancha, la de sudor.
AG
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