1
Esperó,
tras una larga noche de trenes
sin sentido,
la llegada del día,
su luz reveladora que venciera al insomnio,
en el último banco
del andén.
2
Más allá de los límites
del infinito,
donde la nada se extiende como un mar
sin nombre,
se encuentra la isla de los sueños
donde habitan los sobremurientes
de todos los naufragios.
3
Vagar
por los confines del vacío
como un suicida
sin solución mortal.
Ir del zahir al vértice
del tiempo
antes de despertar.
4
Sólo el viento del norte
se atreve a contestarme
en este acantilado que precede al abismo.
Olas que son palabras,
espuma de las dudas que rompen
en las rocas
con la furia del tiempo
harto de la soberbia de los hombres.
5
Más vale no nacer,
porque una sola lágrima
anega el corazón
y sus contornos.
Reniego del oxígeno
y sus brisas.
Regreso a la placenta
al limbo
al primigenio cero
de la nada.
6
Donde no escribí nada
y mi voz sonó muda,
fue allí donde la noche
se hizo página del tiempo
y se decanta
gota a gota,
con la lentitud de los planetas desorbitados,
el océano de la sabiduría.
***
Miguel Cobo Rosa
11 comentarios:
Emocionante poema para un emocionante recuerdo cinematográfico
Versos que habitan los trenes, que hablan de la nada y que lo dicen todo.
¿Concordancia de nuevo, Miguel? o, ¿es acaso mi particular estado el que me hace ver similitudes?
Ir y venir sin moverse, pero vagando. Tener, desprenderse, negar, seguir buscando....un sentido, un algo a lo que agarrarse.
Cuando nos enfrentamos al espejo, a veces, lo que vemos nos desarma por completo.
Muy sugerente, mucho :)
He visto en varias ocasiones esta película. Me quedo con la templanza del personaje de John MacReedy (Spencer Tracy). Todos pretenden mangonearle, quebrar su moral. Él, espartano, aguanta sin inmutarse, confiado en que todo se resolverá según lo previsto. Se parece a esas figuras caprianas, ángeles que caen en la tierra para poner las cosas en su sitio, pero sin aspavientos ni recortada. Serenos, convencidos, pero expeditivos. "Conspiración de silencio" es una película de ciencia-ficción en clave moral, muy acorde con los valores de los 50, amables, amigos de una justicia familiar.
Amigos, el proceso creativo aplica a veces propiedades aritméticas en el orden de los factores que lo condicionan. El poema, incluido en la edición impresa de Riografía, no aparece con ese título, sino con el de "Cabo San Vicente" (en las antípodas semánticas). Ahora, al "postearlo", busqué premeditadamente una imagen de Spencer Tracy en esa película. Luego, dudé sobre el título de la entrada entre varios y, al final, pensé que por qué no el propio título de la película (excelente, por otra parte), con la que el poema establece cierta conexión existencial, nihilista. Ya veis: Los designios de los númenes son tan inescrutables como los de el Señor.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
¿He leído esto antes? Tengo la sensación de que sí, aunque también me ha pasado con un texto de Glòria... O me estoy volviendo hiermnésico o alzheimico.
En cualquier caso, tengo la sensación de me gustó "entonces" y me gusta ahora.
Abrazo,
AG
El tren es un semillero de suspense, de amor, de terror, de porno duro y de rezos blancos. Todo cabe dentro de un tren. El universo entero está recogido en una estación de tren. Las modernas, mastodontes arquitectónicos, no me inducen tanta literatura. Las antiguas, como la de Córdoba, eran fantásticas. La nueva casi ni la conozco. Ni ganas. La película de Spencer Tracy es estupenda, pese a ser muy corta. Es un western sin serlo. El tren es el cielo y es el infierno. En la vida provinciana a donde llega el tren se producen roturas cuando llega un extraño, un extranjero, un intruso. Todos somos intrusos, amigo.
Hermoso poema, en todo caso.
Tiraste de Riografía, tu libro, que ya será leído, y yo estoy haciendo desde hace unos días parecida cosa con mi Cuentos del astronauta zurdo: postear cuentos, pero remozados, redux, digo. Es un placer retocar lo que, leído años después, ya nos gusta menos. Al menos a mí me está gustando ese retoque, ese remozamiento...
Los andenes son las orillas de ese proceloso río de raíles que es el tren de la vida. Esperar con billete de ida (y/o vuelta) o dejar partir el tren. Esa es la cuestión.
A pesar del contexto cinematográfico y ferroviario, siento en tu entrada esa "riografía" tan especialmente tuya que me encanta.
Besos desde cualquier estación.
"Donde no escribí nada
y mi voz sonó muda,
fue allí donde la noche
se hizo página del tiempo"
Simplemente, exquisitos versos.
Bso.
Los sobremurientes, los auténticos rebeldes sin causa.
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