miércoles, 26 de enero de 2011

Romance del Duero



Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.



Gerardo Diego

6 comentarios:

Miguel Cobo dijo...

Ya era hora. He aquí una joya "riográfica" que casi se nos escapa por los desagües de los libros de texto. Si clicáis en el nombre del poeta, podréis escucharlo recitado por él.

Isabel Mª dijo...

Uf, uno de mis poemas preferidos, gracias por traerlo. Un beso Miguel.

"Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua. "

Reven dijo...

Solo veía a saludarte Miguel, soy un paisano bloguero tuyo. Yo también nací en Torreperogil. Un saludo y te seguiré leyendo :)

Alberto Granados dijo...

¿Qué decir de un poema tan serio? ¿Que es todo un tratado de poética? ¿Sencillo? ¿Perfecto? Toda una estrofa de agua que nunca se olvidará.
Gracias por traernos lo obvio, lo hermoso.

Marisa dijo...

"Pasados los verdes pinos,
casi azules, primavera
se ve brotar en los finos
chopos de la carretera
y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece, más que joven, adolescente."

A.Machado, "Orillas del Duero"

Espléndida elección, Miguel.El Duero fluye mansamente al ritmo de las ciudades castellanas que le acompañan. El Duero sabe escuchar silencios y con su paso dormido marca la vida pausada que se asoma a sus orillas. Duero de olmos, Duero de enamorados, Duero que me acompañó en mi niñez y adolescencia. Mi nostalgia por el Duero se ha abierto con este magnífico poema que nos has traído y que, dicho sea de paso, te aseguro que no se escapa ni por los desagües de los libros de texto ni en mis clases, créeme.

Me ha gustado mucho hoy tu "riografía". De excelente gusto.
Besos tallados en cortezas de olmos "Dorium".

Miguel Cobo dijo...

Queridos amigos, el Duero recibe hoy la afluencia de vuestros comentarios (palabras de amor, palabras) y crece en su caudal poético. Está claro que hoy sí hubo alguien que se detuvo a escuchar su eterna estrofa de agua. El Duero, Soria, Gerardo Diego...os lo agradecerán.

Doy la bienvenida a mi paisano Reven. También visitaré tu blog.