Te desvela el espejo
su secreto de ayer.
Acumula miradas
que diluye su azogue
y nos devuelve rostros
que un día son enigmas
y al siguiente son huellas
de la memoria herida.
Los espejos son cercanos; me siento cómodo en lo que ofrecen, en la mitología que ocultan. Hay una puerta abierta en cada espejo, un mundo por revelar. Los espejos y los sueños al borde mismo de cada palabra, Miguel. Siento pues muy cercano lo que has escrito. Como mío. Un abrazo.
Aunque mi "especialidad" son los ríos (que también son espejos para los Narcisos), es cierto,Emilio, que éstos generan también en mí una magnética atracción, evocadora -además- de cientos de referencias literarias, pictóricas, cinematográficas... Hasta la lírica luna, en una de sus acepciones es sinónimo. En el magnífico poema "El adiós", de J.A.Valente , encontramos otro que confiere al texto una dimensión "climática" estremecedora:
"Había un espejo humedecido que imitaba la vida vagamente."
http://amediavoz.com/valente.htm
Mientras tanto yo ( mi yo freudiano)iré a mirarme con frecuencia a "El Espejo de los sueños" Un abrazo riográfico y especular
Querido Anónimo,llevas razón. La condición de espía de algún que otro espejo es inherente a la traición. Con la edad, los espejos traidores nos clavan sus afilados y crueles reflejos (también las fotografías). Gracias. Un abrazo.
Y lo difícil que es algunas mañanas reconocerse en ellos!!! Pero si hablaran...
Desmayos en tu clase no recuerdo, lo que no quiere decir que no los haya habido (más que probable). Cuando hago memoria, todos los percances que vienen a mi mente de esa época son de la clase de Educación Física... (¡mi eterna asignatura pendiente!)
Miguel: Otro hermoso poema que, en pocos versos, sintetiza la memoria, el reflejo. Buscaré el poema que citas de J.A. Valente, poeta que valoro mucho. Gracias siempre por tu sensibilidad. Escribes en voz baja.
No se que fue de mi comentario: hablaba de espejos como básculas en las que nos subimos extrañados de que no pesen siempre lo mismo, extrañados de irreconocernos, y la culpa por supuesto es siempre de la báscula, por pesar el tiempo.
9 comentarios:
Los espejos son cercanos; me siento cómodo en lo que ofrecen, en la mitología que ocultan. Hay una puerta abierta en cada espejo, un mundo por revelar. Los espejos y los sueños al borde mismo de cada palabra, Miguel. Siento pues muy cercano lo que has escrito. Como mío. Un abrazo.
El eterno espía de lo que no nos desvelamos a nosotros mismos, el espejo.
Muy bonita:)
Aunque mi "especialidad" son los ríos (que también son espejos para los Narcisos), es cierto,Emilio, que éstos generan también en mí una magnética atracción, evocadora -además- de cientos de referencias literarias, pictóricas, cinematográficas... Hasta la lírica luna, en una de sus acepciones es sinónimo.
En el magnífico poema "El adiós", de J.A.Valente , encontramos otro que confiere al texto una dimensión "climática" estremecedora:
"Había un espejo humedecido
que imitaba la vida vagamente."
http://amediavoz.com/valente.htm
Mientras tanto yo ( mi yo freudiano)iré a mirarme con frecuencia a "El Espejo de los sueños"
Un abrazo riográfico y especular
Querido Anónimo,llevas razón. La condición de espía de algún que otro espejo es inherente a la traición. Con la edad, los espejos traidores nos clavan sus afilados y crueles reflejos (también las fotografías).
Gracias. Un abrazo.
Y lo difícil que es algunas mañanas reconocerse en ellos!!!
Pero si hablaran...
Desmayos en tu clase no recuerdo, lo que no quiere decir que no los haya habido (más que probable). Cuando hago memoria, todos los percances que vienen a mi mente de esa época son de la clase de Educación Física... (¡mi eterna asignatura pendiente!)
Un beso, Miguel :)
Irene:
http://www.elpais.com/articulo/ultima/Espejos/elpepuopi/20070909elpepiult_2/Tes
Miguel:
Otro hermoso poema que, en pocos versos, sintetiza la memoria, el reflejo. Buscaré el poema que citas de J.A. Valente, poeta que valoro mucho.
Gracias siempre por tu sensibilidad. Escribes en voz baja.
No se que fue de mi comentario: hablaba de espejos como básculas en las que nos subimos extrañados de que no pesen siempre lo mismo, extrañados de irreconocernos, y la culpa por supuesto es siempre de la báscula, por pesar el tiempo.
Los espejos ... cuánta refelxión guardan en sus reflejos. Cuánta formas diferentes de vernos en ellos. Me gustó Miguel.
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