miércoles, 27 de octubre de 2010

Serrat, fuente y caudal

Serrat es a esta Riografía, lo que el oxígeno al agua. Es manantial y está en la orilla.  Fuente y caudal; cauce y canto rodado. Es memoria proustiana del niño, del adolescente, del joven que fui y del hombre maduro que soy hoy y que mira hacia atrás con cierta melancolía, no exactamente producto de una nostalgia estéril, sino como el poso de un vino decantado por la vida, por el amor, por la experiencia. Pero hablar de Serrat es redundante, casi cacofónico. Lo mejor es escucharlo. Donde quiera que estés, por ti brilló mi sol un día...(Si te acuerdas de mí).


 

5 comentarios:

GLÒRIA dijo...

Miguel:
Serrat ya no canta como lo hizo años atrás. Si cantar le da vida, por mi puede seguir pero yo no disfruto escuchándolo.
Disculpa mi sinceridad. Serrat vivió en mis sueños y aunque descarto muchas de sus canciones, otras siguen vibrando en las gotas de mi sangre.
Gracias por estos bellos y sensibles posts.

Irene Bebop dijo...

Oh! Serrat, el hilo musical del salón de mi casa desde que tengo uso de razón. Irene tiende sus trapos al sol... Música de padres que se dice. Pero le vi en directo junto a Sabina y reconozco que tienen los dos más marcha que cinco como yo... jajaja.

Miguel Cobo dijo...

Glòria, tu sinceridad no sólo no hay que disculparla, sino todo lo contrario: agradecerla. Coincido contigo en que Joan Manuel ya no tiene la voz de antaño y en que muchas de sus canciones son descartables. Pero, al mismo tiempo, en cada uno de sus discos encontramos (al menos los serratianos) dos o tres joyas de sensibilidad y belleza impagables y que, en su conjunto, forman parte de la educación sentimental (en el sentido vázquez-montalbaniano del término) de toda una generación "d'un temps, d'un país".

Y gracias siempre a ti por tus comentarios

Miguel Cobo dijo...

Irene, qué graciosa -y afortunada- expresión: "música de padres". Ya sé que la Irene de Serrat tiene poco que ver contigo, pero siempre la evoco cuando andas por aquí (o yo por tu blog).

Un beso.

Alberto Granados dijo...

Lleváis razón los tres: no es el Serrat de Mediterráneo, pero es Serrat (eso es mucho), la música que pasa de padres a irenes y que siempre deja un nudo en la garganta, en las tripas o en el alma, y que siempre te hace pensar:
-Y eso que el Nano ha perdido facultades...