R I O G R A F Í A
Entre dos aguas: Una mirada desde el puente© Fotografía de Alfonso C. Cobo Espejo
jueves, 10 de junio de 2021
lunes, 7 de junio de 2021
Aforismos y otras reflexiones
En mi mundo interior habita un exiliado.
***
Las buenas ideas dejan de serlo cuando se convierten en inquebrantables ideales.
***
Quien solo confía en sus ojos no lo ve todo.
***
En el monólogo interior tu personaje recita la verdad.
***
La sed del impaciente derrama el agua.
***
La verdad se erosiona por la acción corrosiva de la saliva.
***
Miguel Cobo Rosa
jueves, 12 de septiembre de 2019
Reseña del Diario del Funambulista por Francisco Gil Craviotto
Miguel Cobo Rosa es un poeta de Jaén
(Torreperogil, 1949), afincado, desde hace cuarenta años, en Córdoba. Las
primeras referencias de su existencia me llegaron a través del también escritor
y amigo Alberto Granados Palacios. De boca de Alberto supe que ambos hicieron
el servicio militar en la misma ciudad y en el mismo cuartel (el desaparecido
regimiento de artillería de campaña 42 de Córdoba) y que fue en ese cuartel
donde se forjó su amistad. En los ratos que los soldados tenían libres,
mientras los otros hablaban de fútboles, toros o putas, ellos se entretenían
comentando el último libro que había salido al mercado o el último que ellos
acababan de leer. Una sabia manera de superar el traumatismo del cuartel y de
la mili en la que, según el escritor Octave Mirbeau, el hombre termina siendo
menos que un animal, menos que un árbol, menos que una piedra: tan sólo un
número. Ahora, muchos años después, jubilados de sus actividades docentes, los
dos son escritores con varias obras publicadas y, aunque uno vive en Granada y
el otro en Córdoba, mantienen intacta la amistad a través del correo
electrónico y el teléfono. De vez en cuando también intercambian viajes, sobre
todo cuando alguno de los dos saca a luz un nuevo libro.
Ha sido así como
me ha llegado el último poemario de Miguel Cobo. “Diario de un funambulista” es
su título y está publicado en Córdoba, en la colección de poesía Año XIX de la
editorial Detorres.
Con anterioridad Miguel Cobo ya había
publicado estos tres libros:
“Ríografía” (2008). Una biografía poética
protagonizada por él y el río Guadalquivir.
“Manual de insomnios” (2015)
“Tautogramas/ pensamientos emergentes de una mente sumergida”
(2018).
Este último libro de Miguel Cobo
comprende cuarenta y dos poemas, todos de una extensión reducida –los más
extensos se aproximan a la página-, y escritos con un lenguaje y estilo que los
hace accesibles a toda persona de una cultura media aceptable. Desde el
comienzo se destaca el gusto del autor por la metáfora y la alegoría, a veces
tan alejadas de los tópicos que se aproximan a las greguerías de Gómez de la
Serna:
En las cabezas de alfiler
hay pensamientos de hormigas prehistóricas.
También, junto a este
gusto por los tropos, llama la atención la huella de los grandes poetas del
pasado, especialmente Jorge Manrique, Luis de Góngora y Gustavo Adolfo Bécquer,
del que Miguel Cobo nos ofrece una bella reconstrucción del poema del arpa
olvidada en el ángulo oscuro del salón. En otro poema alude al tema de qué es
poesía. Tema que ya trató Gustavo Adolfo Bécquer y resolvió a su manera,
confundiendo belleza con poesía, que son cosas muy diferentes, como ya demostró
muy bien Rafael Morales con su “Cántico doloroso al cubo de la basura”.
El paisaje urbano de
Córdoba hace acto de presencia, con su río y su puente romano, en el primer
poema. También hay alusiones al paisaje urbano de París, recordando otro de los
numerosos puentes del Sena, y a uno de sus cantantes ayer muy de moda, Charles
Trenet, hoy completamente olvidado. Tampoco faltan aquí, allá y acullá,
alusiones a la naturaleza, flores, pájaros, amores, infancia, dolor y tristeza.
Hay en este libro un
poema de tal enjundia y mensaje que se destaca de todos los demás. Con toda
sinceridad, tengo que confesar que este poema es el que me ha llevado a hacer
el comentario de la obra. Su título es muy breve, “Patria”, y su extensión
también: sólo diecisiete versos. Ni siquiera llega a una página completa. Sin
embargo, suficiente para situarnos al autor al margen de toda patriotería, de
todo militarismo, pero sin renunciar a la evocación de la infancia y a un
pasado lleno de emoción y recuerdos. Es precisamente, en la conjunción de esos
dos temas tan distintos, –negación de todo patrioterismo y rememoración de la
infancia-, donde está el mayor acierto del poema. Juzgue el lector a través de estos
cuatro versos, métricamente resueltos en dos humildes pareados, con los termina
el poema:
Mi patria era una plaza y un abuelo
y la banda de música del pueblo.
Mi patria verdadera fue ser niño
y en la infancia dejé mi patriotismo.
Al terminar la lectura
de “Diario del funambulista” uno no sabe muy bien cómo calificar el libro. ¿Último
destello del culteranismo gongorino? ¿Neo romántico? ¿Súbito renacer del surrealismo? ¿Nueva
sentimentalidad? ¿Híbrido de todos ellos? Acaso en esa postura al margen de
grupos y tendencias, que impide encasillar autor y libro, esté su mayor mérito.
Francisco Gil Craviotto.
Foto: Antonio Arenas
***
Foto: Antonio Arenas
***
https://albertogranados.wordpress.com/2012/05/21/francisco-gil-craviotto-academico/
miércoles, 19 de junio de 2019
Soneto surrealista , acróstico y con estrambote "universo"
A Alberto
Granados, la
tarde que descubrimos “Últimas tardes con Teresa” en la Biblioteca de
Oficiales del R.A.C.A 42 de Córdoba.
Abrió el tiempo su libro en un momento
Ligado a aquel cuartel por el destino.
Buscábamos un techo clandestino
Entre falsas estrellas y armamento.
Recuerdo un oficial de complemento
Torpe al pie del cañón. Tal desatino
Orientó nuestros pasos hacia el vino,
Ganado en la cantina al desaliento.
Torpe al pie del cañón. Tal desatino
Orientó nuestros pasos hacia el vino,
Ganado en la cantina al desaliento.
Reconocí a Marsé la última tarde
Al lado de Teresa: Tú lo viste.
No así el teniente Rosas. Un alarde:
Al lado de Teresa: Tú lo viste.
No así el teniente Rosas. Un alarde:
Al arriar bandera, sable en ristre,
Dudé un momento si callar cobarde
O saludar en posición de firme.
Dudé un momento si callar cobarde
O saludar en posición de firme.
Solo se oyó silbar al Pijoaparte.
***
Miguel Cobo Rosa
lunes, 17 de diciembre de 2018
El Río de tu Sueño
Canción
El Río de tu Sueño cantará el abecedario del agua.
Tendrá árboles, como llamas verdes
chisporroteando alondras;
y altos bambúes cazarán el girasol de las lunas
en el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.
El alba será un loto que perfuma
la muerte de tus noches;
de picotear estrellas estarán ebrios tus pájaro-moscas.
Habrá remansos y un polen que hace dormir al viento
en el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.
Con mi remo al hombro he visto zarpar cien días.
Mis hermanos pelarán la fruta del mundo, la más roja...
Con mi remo inútil, a lo largo de las noches,
busco el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.
***
Leopoldo Marechal
De "Días como flechas" 1926
Imagen: Paul Klee 'Exotic River Landscape' 1922
El Río de tu Sueño cantará el abecedario del agua.
Tendrá árboles, como llamas verdes
chisporroteando alondras;
y altos bambúes cazarán el girasol de las lunas
en el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.
El alba será un loto que perfuma
la muerte de tus noches;
de picotear estrellas estarán ebrios tus pájaro-moscas.
Habrá remansos y un polen que hace dormir al viento
en el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.
Con mi remo al hombro he visto zarpar cien días.
Mis hermanos pelarán la fruta del mundo, la más roja...
Con mi remo inútil, a lo largo de las noches,
busco el Río de tu Sueño que sólo tú remontas.
***
Leopoldo Marechal
De "Días como flechas" 1926
Imagen: Paul Klee 'Exotic River Landscape' 1922
viernes, 6 de abril de 2018
Elipsis
Por la ribera, en mi ilusión, medito
la alegría que ocurre en el momento
en que el guijarro alcanza al infinito.
Por la ribera en mi ilusión medito
la mano, el lance, el agua, el salto, el rito
de ampliarse más allá del pensamiento.
Por la ribera, en mi ilusión, medito
la alegría que ocurre en el momento.
***
***
Pedro Poitevin
Traducida del inglés por su autor
Traducida del inglés por su autor
V.O.
EllipsisDown by the river, in my mind, I see
happiness happens only in the moment
the skipping pebble meets infinity.
Down by the river, in my mind I see
the hand, the flick, the waves, no time for me
to amplify, explain, interpret, comment.
Down by the river in my mind, I see
happiness happens only in the moment.
***
viernes, 19 de enero de 2018
Mi río
Foto: Hilario Barrero
Hemos tenido suerte,
Hemos tenido suerte,
pudimos caminar
junto a la muerte
que se llevó la luz de aquel verano.
Cuando esté señalado con la sombra amarilla
una cosa te pido:
para entrar en el mar
y olvidar lo vivido,
ofréceme tu mano
y ayúdame a llegar a la otra orilla.
***
Hilario Barrero
***
Hilario Barrero
martes, 22 de agosto de 2017
Barcelona
Foto: Colita
Acróstico para una oración
Acróstico para una oración
Balada triste de trompeta
A media tarde suena trágica
Rauda la muerte siega La Rambla
Cierne su manto de flores negras
Enarbola con furia su guadaña.
Lejos se escuchan los lamentos
Oraciones y lágrimas sin nombre.
Ningún dolor agosta la esperanza:
Amanece otra vez, la ciudad vence.
A media tarde suena trágica
Rauda la muerte siega La Rambla
Cierne su manto de flores negras
Enarbola con furia su guadaña.
Lejos se escuchan los lamentos
Oraciones y lágrimas sin nombre.
Ningún dolor agosta la esperanza:
Amanece otra vez, la ciudad vence.
***
Miguel Cobo Rosa
Miguel Cobo Rosa
lunes, 19 de junio de 2017
El llano en llamas
Autorretrato de Juan Rulfo en el Nevado de Toluca, década de 1940
Muy abajo el río corre mullendo sus aguas entre sabinos florecidos; meciendo su espesa corriente en silencio. Camina y da vuelta sobre sí mismo. Va y viene como una serpentina enroscada sobre la tierra verde. No hace ruido. Uno podría dormir allí, junto a él, y alguien oiría la respiración de uno, pero no la del río. La yedra baja desde los altos sabinos y se hunde en el agua, junta sus manos y forma telarañas que el río no deshace en ningún tiempo.
***
Juan Rulfo
(El hombre- El llano en llamas)
domingo, 22 de enero de 2017
Fandango
Fotografía de José Manuel Vilaboa
Pasaba mirando el río,
mirando el río pasabas
y entre las aguas nos vimos.
Benditas las agua claras
donde el amor se nos vino.
***
Mercedes Elorza
Pasaba mirando el río,
mirando el río pasabas
y entre las aguas nos vimos.
Benditas las agua claras
donde el amor se nos vino.
***
Mercedes Elorza
domingo, 25 de diciembre de 2016
Miguel (Retrato impresionista)
Es un poeta hecho
de contemplar los ríos,
discurrir bajo puentes
como un rumor de agua,
hender los dulces vados,
acariciar orillas
y desembocaduras.
Es un poeta amigo
de los blues,del jazz,
los fados melancólicos,
el alocado ritmo
de las sambas,las voces
dulces de las cantantes.
Es un poeta dado
a los alegres juegos
de los abecegramas,
del calambur burlón,
el insensato oxímoron,
las palabras con eco,
las multianagramáticas
y las más singulares
maneras del decir.
Es un poeta que ama
los trenes en la noche,
sus silbidos profundos,
las estaciones llenas
de soledad al paso,
los pasos a nivel
de los caminos viejos
y los cambios de agujas
que el destino maneja.
de contemplar los ríos,
discurrir bajo puentes
como un rumor de agua,
hender los dulces vados,
acariciar orillas
y desembocaduras.
Es un poeta amigo
de los blues,del jazz,
los fados melancólicos,
el alocado ritmo
de las sambas,las voces
dulces de las cantantes.
Es un poeta dado
a los alegres juegos
de los abecegramas,
del calambur burlón,
el insensato oxímoron,
las palabras con eco,
las multianagramáticas
y las más singulares
maneras del decir.
Es un poeta que ama
los trenes en la noche,
sus silbidos profundos,
las estaciones llenas
de soledad al paso,
los pasos a nivel
de los caminos viejos
y los cambios de agujas
que el destino maneja.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
La danza de las siete lunas
Baila la noche
con sus tules de sombrala danza
de las siete lunas
y la contempla
la dama insomne
del amor perdido.
Cuando amanece,
los lazos del recuerdo
pintan sus ojos
desvalidos de sueño
otro verano.
***
Miguel Cobo Rosa
miércoles, 7 de diciembre de 2016
Ensayo sobre el tedio
Imagen: Quint Buchholz
Llega el tedio. Se instala en la quietud.
Vana memoria hueca de las horas
perdidas del desvelo. Insonoras
ausencias, latidos de infinitud.
Cansado el río, del cauce su virtud
desvirtuada, ya extraña las demoras
del afluente secreto que tú añoras
seco ya de recuerdos. Senectud
del alma sola en su ancestral caverna,
sus ciervos en rupestre cacería
asaeteados por la flecha eterna.
No hay aire en la invernal monotonía
del silencio embridado en la galerna
del tiempo en su callada sinfonía.
***
Miguel Cobo Rosa
Vana memoria hueca de las horas
perdidas del desvelo. Insonoras
ausencias, latidos de infinitud.
Cansado el río, del cauce su virtud
desvirtuada, ya extraña las demoras
del afluente secreto que tú añoras
seco ya de recuerdos. Senectud
del alma sola en su ancestral caverna,
sus ciervos en rupestre cacería
asaeteados por la flecha eterna.
No hay aire en la invernal monotonía
del silencio embridado en la galerna
del tiempo en su callada sinfonía.
***
Miguel Cobo Rosa
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