Regreso ahora al estudio mientras duermes
en la estancia contigua y yo te escribo
esta carta sin fecha, en mi desvelo,
pues sé que el sueño es cómplice y espera.
Suena en la radio Darkness y amortigua
los últimos ruidos vecinales,
como si el viejo Leonard no ignorara
que su voz acompaña a la cisterna
del cuarto izquierda y su rumor de río.
Indolente la sábana te cubre
e ilumina en penumbra mi deseo.
La carta era impaciencia y la rubrico
descubriendo otra noche entre tus brazos,
mientras la luna azul entra en lo oscuro.
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Miguel Cobo
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